
Matías Suárez falló desde los 12 pasos, tras la sanción de un penal con el VAR.
River igualó sin abrir el marcador frente a Cruzeiro en el inicio de los octavos de final de la Copa Libertadores de América. El encuentro se disputó este martes en el estadio Monumental y el Millonario tuvo un penal sobre la hora, pero Matías Suárez falló.
El equipo que dirige Marcelo Gallardo tomó la iniciativa desde el arranque, con el manejo casi absoluto de la pelota y un claro dominio en el terreno de juego. Sin embargo, le faltó claridad al acercarse al arco defendido por Fábio y extrañó la potencia de Lucas Pratto en los últimos metros.
Los brasileños se pararon bien atrás para esperar los ataques del rival e intentar salir rápido de contra. Si bien la defensa de River apareció mal parada en un par de ocasiones, el conjunto de Belo Horizonte no aprovechó los espacios y evidenció grandes falencias para concluir sus avances contra Franco Armani.
La más clara del primer tiempo llegó luego de un cabezazo de Matías Suárez que detuvo el arquero y que Ignacio Fernández no pudo aprovechar en el rebote. El mediocampista se lo perdió de manera increíble, aunque se lo vio algo incómodo en aquella acción en la lucha cuerpo a cuerpo con Egidio.
El ex Gimnasia también acercó peligro con un tiro libre que detuvo Fábio y que Exequiel Palacios no concretó en el rebote (la tiró afuera). El mismo futbolista probó desde lejos un rato más tarde, pero el arquero volvió a mostrarse seguro como en cada intento del Millonario hasta ese momento.
En el cierre de la etapa inicial, River aceleró y Nicolás De la Cruz casi convierte con una pelota que rebotó en su pecho y terminó en las manos del guardameta. La última fue un cabezazo desviado de Robert Rojas, quien a los 32 minutos había reemplazado a Javier Pinola (podría ser un desgarro).
La polémica se dio al minuto del complemento: Marquinhos Gabriel apareció mano a mano con Armani y definió al gol, pero el juez de línea lo anuló por posición adelantada. El suspenso se sintió durante la espera del VAR, que le confirmó al chileno Julio Bascuñán la determinación de sus asistentes.
El equipo del Muñeco no encontraba los caminos y el reloj le jugaba en contra. Por eso ingresó Pratto -la gran ausencia junto a Leonardo Ponzio- y también Cristian Ferreira por De la Cruz. El Oso contó con una buena oportunidad para convertir, pero su cabezazo salió besando el palo izquierdo.
Los hinchas de River pidieron una mano de Luis Orejuela y un pisotón de Dedé a Gonzalo Montiel, pero no sabían que la gran chance se iba a dar nada más y nada menos que en la última jugada del partido. Antes, Cruzeiro volvió a fallar de manera increíble en la contra y Egidio erró su chance.
El cronómetro ya había superado los seis minutos adicionados, cuando Henrique tomó dentro del área a Pratto y el VAR le advirtió a Bascuñán para que revisara la acción. El triunfo estuvo en los pies de Matías Suárez, quien se hizo cargo de la pena máxima y mandó la pelota por encima del travesaño, publica TyC Sports.