
El histórico dirigente Carlos Álvarez destacó el reconocimiento de la FBER.
El ex presidente de la Federación de Básquetbol de Entre Ríos, Carlos Álvarez, estuvo presente días atrás en Concepción del Uruguay en la reunión de inscripción de la Conferencia 1 del Torneo Pre Federal. El certamen llevará su nombre en homenaje a su destacada trayectoria como dirigente de la entidad madre del básquet provincial. El encuentro se llevó adelante en las instalaciones del Club Regatas Uruguay con la presencia de Consejo Directivo de la FBER, dirigentes asociativos y responsables de los clubes participantes la competencia clasificatoria para la Liga Federal 2024.
Es de recordar que Álvarez estuvo al frente de la Federación desde 1995 y dejó su cargo de presidente luego de 22 años, en el mes de julio de 2020 (el restante período de cuatro años acompañó muy de cerca los destinos de la entidad), siendo gestor de innumerables los logros para el básquet entrerriano a lo largo de la gestión.
“Este tipo de cosas son un mimo que realmente valoro mucho y estoy muy contento por esta iniciativa que ha tomado el Consejo Directivo de la Federación de Básquetbol de Entre Ríos. Sinceramente no esperaba este homenaje, pero reitero, para mí es un mimo que agradezco profundamente porque significa que algo de lo poco mucho que he hecho ha quedado en el recuerdo y en el registro de quienes hoy continúan el camino que yo transité durante 23 años”, expresó.
A lo que agregó: “Cuando uno es dirigente deportivo, en su transitar no es el reconocimiento el que busca, sino el perfeccionar todo lo existente. No fue difícil en mi caso el perfeccionar lo existente porque no existía nada, pero creo que he dejado algo en el recuerdo, o por lo menos, si no en el recuerdo, en la práctica concreta ha quedado algo de lo que he podido hacer durante tantos años como imagen positiva de mi actividad”.
—¿El reconocimiento permanente es lo mejor que te ha dejado tu periplo como dirigente del básquet provincial?
—Cuando uno está en una posición donde le toca conducir una institución tan importante como la Federación, tiene que tomar diariamente resoluciones, decisiones, y esto a algunos les gusta y a otros les molesta, porque siempre que se intenta hacer algo, se pisa algún callo del status quo, y es lógico que esas personas por ahí no tengan demasiado reconocimiento o cariño a lo que me ha tocado desarrollar dentro de la Federación. Pero posiblemente la pregunta tuya de si el reconocimiento permanente y el cariño de los actores del básquetbol es lo mejor que me ha dejado la dirigencia deportiva. Insisto, cuando uno tiene que tomar decisiones permanentemente no siempre esas decisiones son del agrado de la totalidad. Trata de aplicar la mayor, o he tratado de aplicar la mayor racionalidad posible y de manejar la Federación como si fuera una empresa en la que permanentemente me exigía resultados.
—¿Cómo has vivido estos meses sin el compromiso dirigencial?
—La decisión de alejarme definitivamente de la dirigencia deportiva fue meditada profundamente, analizada con mayor profundidad todavía, y fundamentalmente estuvo basada en todos los elementos que expresé en su momento en la nota de renuncia. Creo que todas las cosas que tienen un inicio tienen un final, y después de analizarlo largamente, entendí que este era el momento adecuado para dar un paso al costado y dejar que nuevas generaciones y nuevos dirigentes continúen el camino del mejoramiento permanente del básquetbol. En función de esto, no siento para nada la falta de ese compromiso.
En el final, Álvarez manifestó que “estoy muy tranquilo y absolutamente alejado y dedicado, quizá por primera vez en mi vida, en un 100%, a aprovechar el tiempo en otras actividades que cuando estaba tan comprometido con la dirigencia deportiva no tenía y fundamentalmente a viajar ahora sin compromisos de tener que atender una delegación de básquet o cosas por el estilo, sino hacerlo simplemente por una satisfacción personal, y por lo tanto esto hace que resulte mucho más simple esta transición de dejar completamente la dirigencia deportiva”.
Y cerró: “Creo que era el momento y en función de eso tomé la decisión. No estoy arrepentido para nada, y estoy muy cómodo y muy tranquilo en el llano y haciendo cosas que me gustan mucho y que me permiten seguir estando activo, no ya como dirigente, pero sí como persona, como ser humano”.