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“No te olvides de ser feliz”

Locomotora

Alejandra Locomotora Oliveras falleció este lunes.

Ezequiel Re

La muerte dignifica. Un consejo que puede ser al pasar, en muchos casos trasciende cuando quien emite el mensaje se va de este plano.

Con Alejandra Locomotora Oliveras pasa eso. Un par de veces tuve la oportunidad de cruzarla en medios de comunicación y uno se quedaba con la imagen de una mujer histriónica, que iba siempre acompañada de un par de guantes de boxeo (puestos o en la mano) para ser entrevistada y hablar del deporte y su importancia para seguir adelante. Siempre daba la sensación de estar apurada, de ir por la vida acelerada, tratando de dejar sus conceptos a la mayor cantidad de personas posible.

Hoy se la llora, recuerda, conmemora…. Y aquellas (sus) palabras tomaron un vuelo inusitado. Basta ver las redes sociales para leer emotivos homenajes. La joven boxeadora de San Benito recibiendo su visita sorpresa, la entrevista con Alejandro Fantino hablando de la muerte, el día que recitó una poesía, sus tremendos hitos boxísticos (seis veces campeona del mundo y en distintas categorías), la pelea con la Tigresa Acuña, las entrevistas donde cuenta que fue golpeada por su pareja aun estando embarazada y con apenas 14 años.

En uno de los últimos videos se la ve corriendo en un día destemplado y donde evidentemente alguna situación la mantenía perturbada. Entonces salió a correr, por una vereda llena de agua, sin importarle mojarse por la lluvia. La idea era expresar que aún en instantes complicados no hay que dejar de entrenar, vivir, salir adelante.

Locomotora dejó muchos videos en las que recuerda sus malos momentos vividos, pero también la arenga que hay que seguir, porque la pelea más dura es justamente con la vida.

Lamentablemente siempre queda esa sensación de no se reivindica a las personas que tratan de movilizar a la sociedad, especialmente a los oprimidos. No se le da la importancia que el caso amerita, hasta que la muerte golpea.

Locomotora se fue. Pero antes de cerrar la puerta, dejó su última gran lección: “No te olvides de ser feliz”.

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