Entrevista a Florencia Pita, una arquitecta paranaense que es docente en Estados Unidos

Mirada foránea

Edición
750

S. M.

Bajo el título “Una ciudad otra”, se llevó a cabo esta semana una disertación a cargo de Florencia Pita, arquitecta oriunda de Paraná que se desempeña como docente universitaria en facultades de Los Ángeles y Nueva York, Estados Unidos. La actividad fue organizada por Colegio de Arquitectos Regional ONO, en el marco de las charlas preparatorias para las 11ª Jornadas de la Ciudad que se realizarán en agosto en Paraná. Pita, además de educadora, ejerce la profesión en un estudio que participa de uno de los proyectos para ocupar el espacio donde se encontraban las Torres Gemelas. Sobre esta experiencia se mostró algo decepcionada, ya que como este tipo de concursos no es vinculante, la decisión final otorgó la construcción a un diseño que no ganó el certamen. De esta experiencia, así como su particular mirada sobre la urbe que la vio nacer, habló con ANALISIS.

-¿Qué mirada puede aportar a la ciudad una paranaense que vive y trabaja en el exterior?
-Bueno, si bien hace varios años -van a ser 15 si cuento cuando estudié en Rosario-, vengo muy seguido. Tengo toda mi familia y esto hace también una constante renovación. Estoy al menos seis semanas al año acá y creo que eso me da una visión crítica y ver las cosas que pasan. Pero hay diversas cosas. Yo recuerdo cuando estudié en Rosario, y si las veo en paralelo, no cambió del mismo modo que Paraná. Y cuando empezás a ver las condiciones en que hicieron esos cambios, se ve que hay una visión más estratégica de la ciudad.

-¿Y en Paraná?
-En Paraná no se ve que haya una planificación, no hay una coordinación general que defina cuál es el futuro de la ciudad en los futuros 60 años. Y no conozco a la gente de planeamiento, no hablo desde adentro, no tengo relación con las instituciones de la ciudad. Uno cada vez que viene ve algo nuevo, pero eso algo nuevo no está conectado con una especie de línea de pensamiento o estratégica de organización de la ciudad. Entonces, son puntos aislados. O se arregla una cosa, después otra, y nada donde dice que se arregla esto y después hay una evolución de los elementos de la ciudad. Y eso es para mí una falta de visión. Las instituciones tienen que ser mucho más estratégicas en la inversión de infraestructura; y las ciudades cambian con esto. Por eso digo lo que vi en Rosario.

-¿Y qué se podría hacer respecto a esto?
-Más que nada quería resaltar la posibilidad que tienen los entes estatales, gubernamentales e institucionales de realmente producir un cambio en la ciudad. No creo que sea un problema de una cuestión individual, de la gente que construye o hace edificios. Creo que tiene que haber una visión mucho más clara, estratégica, de cómo transformar a la ciudad. El tema de las elecciones, la política, que se define por una sociedad de votos, que transforma en una cuestión más puntual, local y momentánea, tiene que verse en cómo las instituciones tienen una visión a largo plazo. Es como un grito. La ciudad no se pierde, no es imposible, no se compara con Estados Unidos, ni con Europa. Se compara con Rosario, con Buenos Aires. Lo que falta es visión y la elección de la gente a cargo que realmente ejecute esa visión. Otra cosa es que los entes gubernamentales tienen que entender que los equipos de trabajo tienen que ser ampliados. Tienen que pretender que muchas disciplinas son las que opinan, transforman, comentan, desarrollan y planifican la ciudad. No es algo que sólo tienen los ingenieros, arquitectos, agrimensores, jardineros y urbanistas. Y tampoco esto es algo que le falta a Paraná. Tienen facultades cerca, entes locales y grupos que lo pueden hacer. Además, asesorías de afuera. Rosario tiene asesorías de afuera y comenzó a abrirse y por lo tanto crea discusión. Ser campechanos, ver que todo se soluciona o se arregla no tiene visión. Así como para algunas ciudades tienen visión, Paraná no tiene visión para su infraestructura. Esto no es sólo calle, es todo, planificación integral. Y no sobre la idea de una sola persona. Parece que todo llega hasta el gobernador que dice sí o no. Se hacen planes imposibles, pero se tienen que hacer de año a año, con montos de inversión. Pero para los gobernantes si no se ve, parece que no importa.

(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)

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