Premios y castigos

Sandra Miguez
Pocas veces docentes, padres y alumnos coinciden en un reclamo. Más aún en estos días, en donde la tensa relación que soporta la comunidad debe replantearse en forma permanente los pactos educativos. Sin embargo, la lucha encarada por la gente de la Escuela Almafuerte logró desplazar al director, Norberto Ruiz Díaz Fleitas, que había sido denunciado en varios establecimientos por los que peregrinó cada vez que era expulsado por situaciones irregulares. El sumario contra el docente, lleva más de 11 meses y en las últimas semanas la decana de la Facultad de Humanidades de la UADER -de la que depende la institución- decidió que el rector pase a cumplir funciones en el área de investigación de la casa de estudios dada “su capacidad e idoneidad”, algo que consideraron como una burla.
El Ramblón, La Colmena, La Picada, son parajes rurales donde se erigen escuelas. Por allí ha ido peregrinando Norberto Ruiz Díaz Fleitas, acopiando tras de sí una serie de denuncias, muchas de las cuales se extraviaron en los laberintos burocráticos de los funcionarios de turno.
Así llegó hasta La Picada, más precisamente a la Escuela Rural Almafuerte, en donde si bien ganó por concurso el cargo de director, lo hizo con varias objeciones a su proyecto educativo que debía ser monitoreado, algo que no sucedió en los hechos.
A pocos meses de asumir en el cargo, padres y docentes solicitaron una reunión con el rector Mario Mathieu para ponerlo al tanto de la situación que generaba Ruiz Díaz Fleitas tanto con alumnos como con docentes, algunos de los cuales expresaron sentirse fustigados por el director.
“Empezó una persecución incesante contra muchos profesores”, advierten algunos docentes testigos de la situación, que comenzaron a asistir impávidos a los malos tratos, agresiones verbales y al despotismo con que el director se manejaba mientras argumentaba que “en la escuela se marca un límite de conducta” y agregaba: “Es un guerra para tratar de hacerlos buenas personas”, en referencia a la queja de los alumnos.
Pero al malestar de docentes se agregaron los alumnos, no-docentes y padres, algo que fue creciendo día a día y que motivó la presentación de notas junto a un pedido de audiencia al rector Mario Mathieu donde directamente se solicitó su intervención para decidir la separación de Ruiz Díaz Fleitas de su cargo.
Las patas en la fuente
El 17 de octubre de 2006 los padres habían sido convocados a una reunión con Ruiz Díaz Fleitas en la que pensaban aclarar varios puntos y exigirle respuestas al director ante la serie de denuncias efectuadas por los propios alumnos. Pero éste, sin dar ningún aviso, faltó a la cita, lo que terminó por colmar la tensa relación.
Como aquel 17 de octubre, esta vez los padres se movilizaron para hacer oír su reclamo.
Así finalmente desde la UADER se decidió designar a Clelia Hopmeier al frente del rectorado del establecimiento. Los padres, alumnos y docentes creyeron encontrar una vía donde se canalizarían los reclamos efectuados, de manera que no fuera una parada más en el largo peregrinar de este docente. Sin embargo, en vez de sustanciarse el sumario administrativo Ruiz Díaz Fleitas presentó una certificación psiquiátrica para lograr una licencia por enfermedad.
(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)