ESPECIAL DÍA DEL PERIODISTA

Seguir como perros guardián

Edición
801

Sandra Crucianelli
(especial para ANALISIS)

Personalmente, vivo este Día del Periodista con mucha incertidumbre. Por eso no es momento para celebrar, sino más bien un tiempo de introspección en el que cada actor debería reflexionar seriamente sobre el rol que le compete.

Por un lado, las condiciones para ejercer el periodismo en la Argentina de 2008 no son las mejores. Podrían ser mucho más saludables si tuviéramos una ley de acceso a la información pública, ya que con un decreto no alcanza y por otro lado, la ley de acceso que tenemos en la provincia de Buenos Aires es defectuosa y en ciertas ocasiones más que garantizar el acceso, lo condiciona. Esto requiere una urgente modificación de alguno de sus artículos que operan a manera de mordaza.

También estaríamos mejor si desde la administración pública se practicara la tolerancia ante la crítica.

El gobierno sigue sin entender que el periodismo es el perro guardián de la democracia y que la función fiscalizadora ante el manejo de los fondos públicos es de su absoluta competencia.

Asimismo, podríamos celebrar plenamente si los recursos en las salas de redacción fueran mayores. Cuando hablo de recursos no solamente me refiero a equipos y cantidad de profesionales, sino al conocimiento. Se puede tener la mejor tecnología y una sala de redacción completa, pero eso no es suficiente. Hay muy poca inversión en materia de capacitación y una brecha grande entre la universidad y la práctica de la profesión.

Esto no solamente se ve en el periodismo de calle sino también en el poco liderazgo de los mandos medios, que se traduce, irremediablemente, en los contenidos periodísticos.

Mientras todo esto acontece, asistimos a una suerte de revolución con la irrupción del periodismo digital, que ha dado paso a la web 2.0 y a un nuevo modelo comunicacional que convirtió en obsoleta a la teoría de comunicación de masas.

(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)

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