“El proyecto es el éxito, sino todo es una farsa”

Marcelo Comas
Darío Tempesta es el hombre elegido para conducir los destinos de Patronato en el Torneo Argentino A. Cultiva el perfil bajo pero no le tiembla el pulso a la hora de tomar decisiones. Casado y padre de tres hijos, pasa mucho tiempo lejos de su familia. Sin embargo tiene muy claro lo que pretende para la formación de los suyos. “Siempre aposté a la educación”, afirma. A pocas horas de haber asumido ya fija los lineamientos de su trabajo: “En todas las campañas cuando un equipo es importante tiene cuatro objetivos por cumplir: consolidarse como equipo, clasificar, ganar el cuadrangular y ascender”, dijo.
Patronato puso en marcha el pasado lunes un nuevo proceso futbolístico que tendrá como principal objetivo llegar con buenas perspectivas al inicio del Torneo Argentino A versión 2008-2009. La dirigencia trabajó a contrarreloj para confirmar el técnico y el plantel que competirá en la tercera categoría del fútbol nacional. Esos mismos dirigentes fueron el blanco de diversas críticas por postergar el anuncio de los nombres que seguirán, aquellos que vendrían a reforzar el equipo y los acompañantes de Darío Tempesta en el cuerpo técnico. Vicios de viejas épocas dirían algunos, pero es cierto que en un par de días los responsables de comandar esta empresa cerraron el trato con la base del equipo que logró el ascenso, sumaron a cuatro incorporaciones y pusieron un manto de tranquilidad a una semana complicada.
El momento de mayor tensión llegó cuando se le debió comunicar a Víctor Müller que no seguiría formando parte del plantel. Esta medida hizo estallar al experimentado delantero, que se despachó contra los directivos por su falta de tacto y compromiso. Es un gesto que no se esperaba ni el más sensato, porque apelando al sentido común cualquier persona con dos dedos de frente tenía que darse cuenta de que lo más lógico hubiera sido informarle la decisión mediante un contacto personal. Después de muchos cabildeos se dio marcha atrás y el jugador seguirá en la institución de calle Grella. En realidad, faltó capacidad para saber manejar la situación y no llegar a una encrucijada donde quedó manoseada la figura de un deportista emblemático.
La nueva era
La incertidumbre dominó el accionar de los dirigentes de Patronato tras lograr el ascenso al Torneo Argentino A. Pasos en falso y decisiones poco firmes acentuaron el incierto panorama de cara a un certamen de mayor jerarquía y con presupuestos más elevados. Así los tiempos corrían y no daban lugar a contratiempos, mientras tanto lo único seguro era que Darío Tempesta se haría cargo del equipo tras la destitución de Edgardo Cervilla.
El nuevo entrenador llega con buenos antecedentes y un perfil bajo que contrasta con el fuerte temperamento del anterior DT. Sin dudas que se buscó a alguien con personalidad, conocedor de la categoría y además se priorizó el consejo de Marcelo Fuentes, una fuente habitual de consulta de los popes rojinegros. La lista de equipos que dirigió el platense es larga y contiene a equipos de la talla de Guillermo Brown de Puerto Madryn, Cipoletti de Río Negro, Gimnasia y Tiro de Salta (Nacional B), Olimpo de Bahía Blanca, Aldosivi, La Plata FC y Temperley.
El técnico puso énfasis especial en el cuidado de los jugadores dentro y fuera de la cancha.
(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)