Casilleros vacíos

Federico Malvasio
Funcionarios de la Justicia tienen una excepcionalidad a la hora de jubilarse. En la siguiente nota, ANALISIS cuenta quiénes dejaron de ser parte del Poder Judicial durante este año y quiénes iniciaron el trámite. Una acordada del Superior Tribunal de Justicia, “opinable y revisable”, despejó posibles maniobras políticas a través de pedidos de jubilaciones de oficio; por otro lado, pone en discusión lo que expresa la Constitución. Los cargos que quedan vacantes y el tiempo que llevan los concursos en el Consejo de la Magistratura siguen dejando lugar a largos interinatos.
Un número considerado de casilleros quedan vacíos todos los años en el Poder Judicial. Y no son pocos los que quieren ocuparlos. La cantidad de abogados que hay en el mercado, más la producción universitaria de uno y otro lado del Túnel Subfluvial, hacen del mundo jurídico un escenario complicado para sobrevivir. En ese marco, un cargo en el Justicia se convierte en el anhelo de cualquier padre: “Gracias a Dios mi hijo vive de lo que estudió”. Una pasantía, aunque sea ad honorem, es la cima para cualquier jovencito que acaba de estrenar la toga. El trabajo no remunerado a cambio de tener un pie adentro de tribunales es negocio.
El Poder Judicial es uno de los escalafones más estables en cuanto a su evolución. Seguramente porque tiene carrera, lo que genera previsibilidad en el beneficio. Datos suministrados por el Estado señalan que los magistrados gozan de buena salud física y por eso se explica que las tasas de invalidez sean bastante estables y se ubiquen por debajo del 14 por ciento, que tiene el sistema en general.
(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)