Guantes mágicos

Marcelo Comas
Ignacio Arce está a punto de cumplir el sueño de todo futbolista. Con 17 años recién cumplidos, el arquero surgido en AUFI formará parte de la Selección Sub 17 que disputará el Sudamericano de Iquique, en Chile. Su papá quiso que fuera delantero, pero su mamá le inculcó el amor por el puesto que defendió Hugo Orlando Gatti, su ídolo máximo. No reniega de su estilo bajo los tres palos, atrevido y algo arriesgado, pero confiesa que esa forma de jugar le valió varios reproches de sus entrenadores. A pocas horas de su debut con la camiseta celeste y blanca, Nacho no se olvida del apoyo de la familia y entre sus recuerdos se hace carne aquella esquela que escribió a pedido de su maestra: “Sueño con jugar al fútbol y llegar a la Selección para poder ayudar a mis papás”.
Ignacio Arce llegó a este mundo el 8 de abril de 1992 y fue el segundo retoño de la pareja formada por Antonio Arce y Rosa Rodríguez. La mayoría de los mimos de papá y mamá ya se habían gastado en Luciana Antonella, la primogénita de la familia. Pero ese pequeño llenó de alegría el hogar y en poco tiempo acaparó la atención que antes estaba depositada en su hermana mayor. Así fue que transcurrieron los primeros años de su vida, hasta que de repente el fútbol empezó a ocupar un rol central en su infancia. Primero el padre le quiso transmitir sus dotes de delantero, aunque primó la elección de su madre. El instinto materno pesó más, entonces el juvenil eligió desempeñarse bajo los tres palos y desechar la propuesta de don Antonio, aquel wing que pasó por Atlético Paraná y Universitario, entre otros.
-¿Cómo arranca tu historia como futbolista?
-Todo empezó a los 8 años en AUFI. En ese entonces mi mamá me dijo: “Hacete arquero, te va a ir bien en ese puesto”. Elegí ese club porque quería ser titular y en ese momento no había arquero. Estuve desde los 8 hasta los 11 años y luego pasé a préstamo a Patronato, donde permanecí durante dos años. Estando en esa institución me empezó a seguir Unión de Santa Fe y me designaron para realizar una prueba en la ciudad de Paraná. Me vieron, les gusté, me fui a probar a Santa Fe y tuve la suerte de quedar en la entidad.
-¿Es cierto que tu viejo insistía con que fueras delantero y tu mamá te quería en el arco?
-Siempre me gustó jugar como delantero, hasta ahora me gusta ese puesto. Aunque sabía que no tenía posibilidades. Entonces mi mamá me insistió tanto para que fuera arquero, también para hacerle la contra a mi papá en contra de mi vieja. Mi papá siempre me lo pidió, como él jugaba de 9…
(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)