La marcha de la esperanza
Patronato avanza a paso firme en el Cuadrangular Final del Argentino A. Restando una fecha para definir a los finalistas que pelearán por el ascenso, El Rojinegro se perfila como el candidato a ganar la Zona 1. Los números le dan la derecha a un equipo que fue creciendo con el correr de las fechas y a esta altura parece imbatible. No fueron pocos los que encendieron la señal de alerta cuando se encadenaron tres empates en serie. El mejor aliciente era que el equipo seguía dependiendo de sí mismo, si bien el nivel de juego está lejos de ser el ideal. Se sabe que a esta altura los resultados mandan y la lírica futbolística queda relegada a un segundo plano. Está claro que el mayor mérito de este plantel fue la capacidad de reacción que mostró en momentos adversos, tanto de sus hombres más experimentados como de los futbolistas que cumplen su primera temporada con la camiseta rojinegra.
Las bases de este proyecto deportivo tomaron consistencia a partir de la asunción de Miguel Hollman, un hombre con una importante historia dentro del club y que no abandonó sus convicciones desde el principio. A su lado trabajaron incansables colaboradores, todos en la misma sintonía, que priorizaron el beneficio de la entidad por encima de sus intereses personales.
Ese grupo de voluntades se trazó objetivos coherentes, apartados de sueños de grandeza, lo que permitió conseguir los primeros resultados. Se tornaba primordial devolver a la institución a los primeros planos del fútbol nacional, luego de la epopeya del Nacional ‘78 y una serie de fracasos que alimentaron la decepción. La gestión de Osvaldo Tarzia como presidente del Santo terminó entre lamentos y resultados escasos, con decisiones poco acertadas mientras el recuerdo de épocas doradas tomaba más trascendencia en el inconsciente del hincha de Patrón. Fue el mismo dirigente que usufructuó la primera magistratura del club de fútbol por excelencia en la provincia para lanzar su precandidatura a intendente de la ciudad de Paraná. Es tan habitual que los dirigentes deportivos se nutran del empuje social de una institución para utilizarlo en favor de sus intereses, que muchas veces dejan de lado la función para la cual fueron elegidos por los socios.
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