“Hay muchas hipótesis pero ningún sospechoso”

Hugo Remedi
Con la entereza que la circunstancia impone, María dialogó con ANALISIS y recorrió cada momento de la vida de Gabriel. Desde la dura infancia que vivieron hasta estos aciagos días en que un fugaz saludo de domingo se iba a terminar convirtiendo, sin proponérselo, en la despedida final de los hermanos. En el medio videntes, un presagio fatal, amistades que desaparecen, hipótesis que levantan vuelo y que caen con la misma facilidad que suben, señales desconcertantes, un triángulo afectivo y vecinos que nada vieron. Todo está por hacerse pero, por ahora, gana el crimen una vez más. Gabriel merece otra respuesta y de la Justicia depende.
-¿Después de lo que pasó con Gabriel han recibido llamadas extrañas?
-Solamente me han puesto música de Navidad en el teléfono un par de veces.
-¿Después de que encontraron el cuerpo?
-Sí.
-¿Eso significaba algo en la vida de Gabriel que vos sepas?
-No sé por qué hicieron eso.
-María, ¿tienen miedo?
-Mmm... No, pero tenemos cuidado porque no sabemos qué puede pasar, si se corta acá o pueden seguir.
-¿El resto de tu familia ha tenido alguna vivencia extraña?
-No, no, ninguna.
-¿Tenés miedo de que la muerte de tu hermano quede en la nada?
-No, creería que no, que se va a encontrar al culpable, tengo fe en Dios. Así como Dios nos ha ayudado a todos hasta ahora, porque ha sido Dios el que ha estado acá porque me han pasado muchas cosas espirituales anterior a todo esto. Entonces, así como lo encontramos, tengo fe de que van a caer el o los culpables. Además, tengo fe en la Policía porque sé que se está trabajando, también gente amiga, los medios, los compañeros, todos haciendo fuerza porque esto, estoy convencida, no va a quedar en la nada.
-¿Cómo empezó todo?
-El martes a las 12 de la noche me avisan que lo estaban buscando, una amistad con la pareja llaman a casa preguntándome si no lo había visto a Gabriel.
(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)