Lo que se defiende, lo que se tolera, lo que se negocia

El arte de correr por izquierda

Edición
887

Antonio Tardelli

Hace algunas semanas, por la dinámica propia de la actividad parlamentaria, dos proyectos quedaron anudados. Sin conexión aparente, la suerte de uno se ligó a la del otro. La agenda del Congreso de la Nación, caprichosa, hizo coincidir el matrimonio entre personas del mismo sexo con la reforma del Impuesto al Cheque.

Con barullo, con polémica desatada en torno de la modificación del Código Civil, una sesión se vio frustrada por falta de quórum. Cada una de las iniciativas cosechaba adhesiones de diferente origen. Una, la que revestía un especial interés para las finanzas de los estados provinciales, obtenía la adhesión o el rechazo de bloques partidarios que en tal caso reaccionaban respectivamente como un solo hombre. El otro, el del casamiento homosexual, inspiraba en cambio simpatías y antipatías hacia el interior mismo de cada una de las bancadas.

Los porotos se amontonaron conforme diferentes criterios. La combinación de ambos criterios condujo inexorablemente al levantamiento de la sesión. En la convocatoria siguiente, con la euforia de los impulsores del proyecto, particularmente los legisladores del espacio que se referencia en Martín Sabatella, el matrimonio gay encontró su media sanción en la Cámara de Diputados. El tratamiento de la reforma al Impuesto al Cheque debió esperar. Es hoy que sigue esperando.

El desenlace del conflicto dejó en evidencia el orden de prioridades. Quedó claro qué cosa, para la oposición al kirchnerismo y para quienes presumen de constituir una especie de tercera posición, autónoma, fue negociable. Se terminó relegando la iniciativa que contemplaba mayores recursos para el interior del país. Se blanqueó lo que, por una decisión política, se había decidido dejar en el camino. No se generó una instancia de negociación que reforzara las chances de un texto que acarrea una mayor democratización en la asignación de los fondos públicos.

Lo formidable de la política es que permanentemente configura escenarios donde se pueden ratificar, o traicionar, los postulados que se enuncian al momento de las ofertas electorales. Ayudado por la impericia del arco más abiertamente opositor, el progresismo porteñocéntrico de Sabatella se colgó una medalla pero mostrando también qué cosa lo despreocupa, qué problema le resulta ajeno. Sus prioridades, en efecto, no pasan por el estado de las cuentas de las provincias. No importa: en el interior, incluido Entre Ríos, encontrará seguidores, dirigentes experimentados, que lo amnistiarán. Es un análisis legítimo, que debe ser aceptado, pero que no puede pasar inadvertido. El espacio de Sabatella dejó ver qué cosa está dispuesto a ceder. No sólo en el oficialismo más recalcitrante hay que buscar complicidades con las políticas unitarias.

Probablemente necesitadas de creer en algo, determinadas corrientes que se ubican hacia la izquierda sufren cada vez más frecuentes ataques de posibilismo. Los sectores que ven en los Siete Años que Enriquecieron a Kirchner los Diez Días que Conmovieron al Mundo acaban de convalidar en la Universidad Nacional de Entre Ríos (UNER) la designación de un rector acusado de desempeñar un cargo académico durante la dictadura militar.

(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)

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