A más Roundup, menos campesinos

Daniel Tirso Fiorotto - especial para ANÁLISIS
La estafa es el modelo que estafa a los entrerrianos. Los estafadores son los que sacan nuestros minerales bajo la forma de porotos con ánimo de no pagar lo que destruyen, lo que destruyen literalmente en términos de suelo, sociedad, salud, economía, expectativas, democracia, vida. Y son bien conocidos, no hay que hacer esfuerzos para encontrarlos.
Son los protagonistas de la gran estafa entrerriana, argentina, sudamericana, los que provocan serios perjuicios patrimoniales a decenas de miles de entrerrianos año tras año, con engaños que ni siquiera son sutiles, y con exacerbado ánimo de lucro, es decir: las multinacionales y los grupos concentrados. Sinónimos de estafa.
Claro que el negocio redondo que pueden hacer legalmente, porque lo hacen en connivencia con el poder político, no es suficiente para su avaricia. De tanto en tanto, además de ilegítimos se tornan también ilegales, y éste parece ser un caso.
Las noticias de fraudes varios se apilan en Córdoba, en Santa Fe, en Ente Ríos, en Buenos Aires; en empresas exportadoras, en acopiadores, en aceiteras, en firmas portuarias.
Cargill - Monsanto – YPF
Las semillas, los insumos, la comercialización, la elaboración de aceites y el consumo de volúmenes gigantescos de combustibles en producción y transporte, todo eso forma parte de un negocio para pocos, a favor de los grupos concentrados de la Argentina que antes llamábamos oligarquía. Y en contra de las mayorías.
Un puñado de empresas de la oligarquía o ligadas a esa estructura socioeconómica y política que hizo que la democracia se constituyera en plutocracia, ese puñado de empresas se adueñó, literalmente, de Entre Ríos, y Monsanto y Cargill y Repsol YPF son tres firmas complementarias en el parasitismo que enferma a los entrerrianos.
(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)