La historia de Daniel Mautone, el dueño del juego en Entre Ríos

El poder del dinero

Edición
921

D. E.

Daniel Mautone nunca soñó que, en algo más de la mitad de su vida, iba a acumular tanto poder y dinero. A fines de la década del ’60, su padre quedó sin trabajo en una de las fábricas de Concordia y la familia debió abandonar la ciudad para buscar el sustento que les permita vivir. La provincia de Buenos Aires fue su destino y por los avatares de la política se transformó en un hombre cercano a un operador de Eduardo Duhalde, cuando era gobernador. De ese hombre, Mautone heredó el poder y el manejo del juego, según recuerdan los más memoriosos.

En más de dos décadas, el hoy dueño del juego en la provincia, posee una fortuna incalculable, que según los más conocedores estiman que rondaría los 200 millones de dólares. Dispone de más 20 empresas distribuidas entre la provincia de Buenos Aires, Entre Ríos y Mendoza. Obviamente, su pasión es el juego de azar y esa fortuna la hizo caminando sobre casinos, fichas y paños. Su otra pasión son los caballos de carrera.

Vive en un piso de más de 1.000 metros cuadrados, ubicado en la coqueta zona de Avenida Libertador y Coronel Díaz, donde quien allí ingresa se puede impactar con obras clásicas que tiene bien distribuidas en una amplia sala de recepción, pero la que más luce cuesta unos 20 millones de pesos.

Mautone, fumador empedernido (de tres a cuatro atados de cigarrillos por día), siempre fue considerado “un hombre voraz por los negocios y el dinero”, por lo cual no se detiene un día. “Es una máquina de trabajar y generar negocios”, señalan. “Es capaz de recorrer 2 o tres provincias en un mismo día”, acotan. Obviamente, lo hace con su avión particular y Entre Ríos es una de sus obsesiones. Quien lo acercó a los negocios del juego con el Estado fue su pariente concordiense, el conocido empresario y recaudador político, Gualberto Beto Garamendy, ligado a Jorge Busti en las dos primeras gobernaciones. Fue, justamente, con el ex gobernador con quien empezó a hablar de las particularidades que podía tener un casino en Victoria, en un bello hotel, a partir de la inauguración del puente con Rosario.

De hecho, su madre vive actualmente en Victoria. Su padre falleció el año pasado, en un accidente automovilístico cuando viajaba, a altas velocidades, rumbo a Concordia, manejando un auto último modelo de origen japonés, que le había regalado su hijo.

Victoria, ese paraíso

Mautone siempre se ufana en remarcar que en la ciudad de Victoria, en los últimos años, invirtió cerca de 100 millones de pesos. Desde La ciudad de las siete colinas movió los hilos de negocios y de los políticos. Fue aportante de la campaña de Busti, para que el concordiense llegara por tercera vez a la Gobernación entrerriana y lo mismo hizo con Sergio Urribarri, en el 2007, aunque nadie del entorno del primer mandatario lo quiera reconocer. Busti o Urribarri no eran los únicos políticos que deambulaban cerca del empresario, también lo hizo Alberto Fernández (ex jefe de Gabinete de Néstor Kirchner y de los primeros tiempos de Cristina Fernández), quien lo considera uno de sus “mejores amigos”. Con Urribarri, el empresario del juego, tiene línea directa y la buena relación sigue también con Fernández. Sin embargo, con quien está distanciado, después de una “fuerte pelea” –según señalan-, es con Busti.

(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)

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