El espejo roto del ministro

Hugo Remedi
En términos generales, las declaraciones de prensa del actual ministro de Desarrollo Social de la provincia, José Orlando Cáceres, se las toma con cierta displicencia. Acaso, como dando por sobreentendidas interpretaciones que, vista la ubicación del resplandor, se las puede admitir como cargadas de una absoluta contundencia o, por el contrario, como apreciaciones que no merecen respuestas por insustanciales.
Ni lo uno ni lo otro, seguramente.
Cáceres ya tiene una trayectoria fogueada en la militancia, habiendo ocupado diversos cargos tanto en el Ejecutivo como en los poderes legislativos comunal y provincial. Y así es que todo lo que diga deberá ser analizado en su verdadero contexto y dimensión y, por estas horas, tanto como funcionario provincial como por su condición de presidente del justicialismo provincial. Y, asimismo, sin restarle legitimidad y con la misma intensidad de compromiso que es obvio reclamarle a un funcionario público.
El titular de la cartera de Desarrollo Social, cada vez que habla apuesta fuerte a favor de las bonanzas kirchneristas y del gobierno provincial de Sergio Urribarri y profundiza sus diferencias con todo lo que huela a bustismo.
Quizás las últimas de sus afirmaciones puedan haber pasado entonces inadvertidas producto, en efecto, de aquella distraída valoración que se hace –decía antes- de sus declaraciones. Por el contrario, por allí habría que prestarle cierta atención y revisarle el entrelineado para no caer en una peyorativa subestimación.
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