Geriátricos en Paraná

Adónde van los viejos

Edición
929

Camila Fernández

La larga cola del banco va haciendo zigzag entre cintas y caras desérticas que apenas se observan entre una multitud de cuerpos entregados al tiempo que pasa y se pierde en la espera obligada. Un viejo lleva temblando un papel en la mano. El cajero lo advierte detrás de la reja. Es el turno del viejo, pero el viejo es lento. Tarda en decirle lo que necesita. Tarda en decidirse. Tarda en responderle. Hasta que lentamente lleva su mano al bolsillo y saca un manojo de billetes. Tarda en contar el dinero. El empleado lo observa y piensa “justo a mí me tenía que tocar este viejo”. Pero cuando él tenga esos 80 bien puestos la profecía va a cumplirse. Él va a ser así. Y alguien más va a pensar lo mismo de él y sus hijos van a internarlo en un geriátrico y los empleados del banco van a suplicar por no tener que atender a ese viejo que ahora es él, arrastrando los pies hasta la ventanilla.

Mario Bozzi, médico geriátrico del Hospital Ramón Carrillo, se hace una pregunta clave: si la niñez produce niños; la adolescencia, adolescentes y la juventud, jóvenes; ¿por qué la vejez produce adultos mayores o gerontes? Parece que decir “viejo” es mala palabra. De hecho se la utiliza mayormente de manera despectiva. Pero es la realidad de la raza humana: todos envejecemos. Premisa que se traduce en tragedia en los tiempos que corren entre cremas, cirugías plásticas y pactos fáusticos para alargar la juventud.

En el sistema en que vivimos hay gente que sirve y otra que no. Una vez que la persona deja de ser un ciudadano activo pasa a ser un inútil, un viejo inútil más precisamente. Entonces el sistema envía esa mal llamada inutilidad a hogares y geriátricos. Las familias no pueden atender a sus viejos, la casa quedó chica y los hijos estudian. No hay tiempo. No hay otra opción. Alguien de afuera tiene que encargarse del abuelo, esa imagen especular que pasa encorvada como un déjà vu que viene del futuro.

(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)

Edición Impresa