Sensaciones extremas

Pablo Rochi
La relación del paranaense Renzo Gonzalo Vera con Unión de Santa Fe se convirtió en una historia muy particular, digna de quien con el paso del tiempo se gana un lugar importante en la vida deportiva de la entidad. Tal vez sin quererlo o por mera casualidad del destino, el defensor entrerriano fue uno de los serios protagonistas que tuvo el retorno de Unión a Primera División, vuelta que se concretó el pasado fin de semana con el empate 1 a 1 ante Argentinos Juniors, en uno de los partidos que abrió el campeonato más destacado de la Argentina.
Renzo Vera vivió en carne propia la decepción que genera el descenso, tanto como la adrenalina y la satisfacción que producen la vuelta a Primera, todo con la misma camiseta, con el mismo club. El futbolista paranaense se transformó en el único sobreviviente del descenso de Unión a la B y hoy goza de su vuelta a la A.
En el medio pasaron ocho años, tiempo suficiente además para que Vera defendiera otros colores. Sin embargo, el fútbol y sus vicisitudes lo colocaron en el momento justo y necesario para que este paranaense quede en el recuerdo y gane espacio en una de las historias más llamativas de esta entidad.
De aquel descenso de Unión del 6 de julio de 2003 al debut en Primera del viernes 5 de agosto de 2011, Renzo Gonzalo Vera vivió sensaciones únicas, tan dolorosas como emocionantes.
Un pibe de proyección
Renzo Vera llegó a Unión de Santa Fe reclutado como uno de los jóvenes con suficientes condiciones como para pulirlo, moldearlo y transformarlo en una realidad. Como todo chico, se ilusionó a lo grande. Después de algunos años en las inferiores del club, el defensor debutó en Primera en el año 2003. Si bien la satisfacción fue única, la pobre campaña del equipo hizo que su “primera vez” no sea de la mejor manera.
Unión nunca le encontró la vuelta y aquel equipo se desbarrancó groseramente, tal es así que su destino no fue otro que el descenso. Vera fue parte de ese proceso y lo vivió desde adentro de la cancha. Tenía tan sólo 19 años. Hoy, después de varias temporadas sin alegrías, Unión concretó su vuelta a Primera con el paranaense otra vez integrando la zaga central.
El último partido de Unión en Primera División había sido el 6 de julio de 2003. Ese día el elenco santafesino perdió 2 a 0 con Estudiantes en La Plata. No obstante, en sí la caída del Tatengue al Nacional B ya había ocurrido antes de aquel pleito.
Fue en aquella jornada triste del 29 de junio del mismo año, fecha en la cual el conjunto dirigido por J. J. López cayó 3 a 1 frente a Nueva Chicago en el mismísimo Estadio 15 de Abril. A esa altura la pesadilla ya había ganado protagonismo en un equipo que debió soportar una seguidilla importante de derrotas. Con aquel golpe fuerte ante Nueva Chicago Unión alcanzó la sexta caída consecutiva, suficiente para que el promedio hiciera estragos y condenara al club a jugar en la segunda divisional.
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