Los desterrados del peronismo entrerriano

Martín Gerlo
Al mirar el cielo totalmente despejado, embellecido por un sol radiante que despuntaba en esa agradable mañana de sábado, cualquiera hubiera arriesgado sin dudar: “Hoy es un día peronista”. En rigor, lo fue, pero sólo para algunos. Para otros, en esa jornada, lo que había comenzado como un exilio voluntario se transformaría en ostracismo. Difícil será establecer por cuánto tiempo. Lo cierto es que se fueron sin que los echen, pero no podrán volver sin que los llamen.
Legisladores, intendentes, funcionarios y militantes fueron llegando a partir de las 9 al cámping del Sindicato de Empleados de Comercio de la capital provincial, donde en pocos minutos comenzaría el Congreso Provincial del Partido Justicialista (PJ) que –por sugerencia del senador nacional Guillermo Guastavino- sesionó bajo la advocación del ex Presidente Néstor Kirchner. En el temario sobresalía un punto que desde hacía algunas semanas había captado la atención de la opinión pública entrerriana: la posición que adoptaría el Congreso ante los afiliados del justicialismo que en los últimos comicios compitieron en otras listas. Quien de algún modo ofició de anfitrión, el diputado electo Daniel Ruberto, propuso que ese ítem pasara a tratarse en el primer lugar, y no en el tercero como estaba previsto. La moción fue aprobada por unanimidad: los congresales del justicialismo comenzarían por el plato principal.
El intendente reelecto de Gualeguaychú, Juan José Bahillo, pidió la palabra. Se paró, tomó aire, y ante la mirada atenta de sus compañeros comenzó un detallado relato. “Empezamos en 2008 con una prueba contundente: un conflicto con la patronal más importante del país. Allí se discutía la redistribución del ingreso, y muchos fuimos puestos a prueba. Nosotros tuvimos 18 manifestaciones frente al municipio de Gualeguaychú, y las resistimos”, recordó, antes de proponer una moción que sería aprobada por unanimidad. “Algunos que nos habían acompañado en la boleta, en vez de hacer honor a la palabra y la lealtad, que tan fuertes son en el peronismo, fueron parte de conductas destituyentes”, agregó, valiéndose de un adjetivo que nació al calor de los cortes de ruta.
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