Entrevista a fondo con Marcelo Fuentes

“Es clave que las formativas tengan roce con las de AFA”

Edición
963

Álvaro Moreyra

Eligió Paraná como su lugar en el mundo. A pesar de haber recorrido distintos puntos geográficos del mapa futbolístico en la Argentina, su familia se instaló acá hace varios años y no se movió más. Los designios hicieron que desde enero de 2011 hasta la fecha haya regresado a un viejo amor: Patronato.
A fines de la década del 90 estuvo en El Rojinegro junto a Gustavo Alfaro, hoy entrenador de Arsenal de Sarandí, período en el cual ese equipo estuvo muy cerca de ascender. Después Lechuga dejó el cargo y tomó las riendas del equipo en el segundo semestre, con lo que comenzó a construir su propia historia como entrenador.

Quizás una de las páginas más importantes en su carrera como DT la haya escrito en el sur del país, más precisamente en Comodoro Rivadavia. La Comisión de Actividades Infantiles (CAI) lo contrató y fue la cabeza de los años más gloriosos de esa novel institución. Es que luego de una temporada magistral en el Torneo Argentino A, logró el ascenso a la B Nacional y la entidad se mantuvo muchos años en la Segunda División del fútbol argentino. La cuestión es que en Comodoro Rivadavia, Marcelo Fuentes es una de aquellas personas que cuando llegan son respetadas.

Su periplo en el banco de los suplentes tiene además pasos por instituciones como Luján de Cuyo, Villa Mitre de Bahía Blanca y Atlético Rafaela, donde estuvo a minutos de llegar a la máxima categoría del fútbol argentino pero cuando la Promoción frente a Gimnasia y Esgrima La Plata se moría, apareció una gurrumina llamada Franco Niell para dejar sin nada a Fuentes y los suyos.

Estuvo seis meses sin trabajar. En enero de 2010 Patronato fue a buscarlo para reemplazar al cesanteado Miguel Amaya y lograr el ascenso a la B Nacional. Poco más de cinco meses hubo que esperar para que el equipo paranaense alcanzara uno de los momentos de mayor éxtasis en su historia futbolera. El Rojinegro, de la mano de Fuentes, había llegado a la Primera B Nacional.

Tras el ascenso, el bonaerense decidió avistar nuevos horizontes y surgió la propuesta de Chacarita, uno de los monstruos del fútbol argentino. Aceptó el desafío y tomó las riendas del Funebrero, pero su estadía en barrio San Martín duraría sólo algunos partidos. Otra vez se convertía en un desocupado más en la Argentina. Volvió a Paraná, estuvo algunos meses sin trabajar y la dirigencia de Patronato fue a buscarlo nuevamente. Ricardo Zielinski, el primer técnico del Rojinegro en la B Nacional, aceptó una propuesta de Belgrano de Córdoba, hoy lo dirige en Primera A, y Fuentes lo sucedió en el cargo.

(Más información en la edición 963 de la revista ANALISIS)

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