Cómo hostiga a los entrerrianos un sistema económico devastador

Daniel Tirso Fiorotto
Especial para ANÁLISIS
De no mediar un giro abrupto en las políticas del pago, la tradicional vida serena y apacible de los entrerrianos y el reconocido espíritu autónomo del pueblo serán, a corto plazo, anécdotas del pasado.
Ésa es una de las conclusiones que pueden obtenerse, de observar cómo los grupos de poder planifican desde afuera las obras de infraestructura, medran con las riquezas naturales o digitan a gran distancia sus negocios a escala en nuestro territorio y ponen las prioridades (sus prioridades), aprovechando las facilidades que les ofrece la política abandonada a los vientos del mercado.
El panorama es desolador, pero los estudiosos señalan que la resignación y el “no se puede” son respuestas que debieran evitarse, y que sin embargo suelen predominar.
Por encima y por debajo de disputas cotidianas en la economía, en la política partidista y en la cultura regional, se esconde un sistema de invasión creciente del capital concentrado en la tierra charrúa, y todo se potencia porque en vez de encontrar en el Estado un obstáculo, lo que encuentra es un aliado.
Eso significa que el pueblo pone dinero en un Estado que funciona al servicio de las multinacionales.
Empresarios y corporaciones locales que buscan acomodarse al vendaval imperialista en vez de enfrentarlo, y políticos y gobernantes en connivencia con el poder financiero local o extranjero (y todas sus expresiones en empresas multinacionales y bancos), son dos factores facilitadores de una nueva invasión extractiva en pleno siglo XII, con efectos en algunos casos irreversibles.
Es el resultado de lo que los economistas, historiadores y estudiosos de la evolución del ambiente llaman “neocolonialismo extractivista”, pero que tiene manifestaciones notables en la provincia de Entre Ríos, por la condición especial de su economía primaria en un país agroexportador. Y por la permeabilidad de su dirigencia contemporánea a los dictados de la división internacional del trabajo y de la Casa Rosada.
(Más información en la edición gráfica de ANALISIS del jueves 22 de Noviembre de 2012)