El milagro de Lázaro

Jorge Riani
El 18 de marzo de 2011 la mística kirchnerista se desplegó en la capital del peronismo, como le gusta llamar a los oficialistas a Concordia. Ese día llegó a esa localidad entrerriana la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Se concretaba el octavo viaje de la mandataria a Entre Ríos.
Como en todos los actos kirchneristas de cualquier parte del país, el gobernador y el intendente anfitriones se deshicieron en elogios hacia CFK y su agenda de buenos anuncios y obras esperadas. La Presidenta llegó a “la capital del citrus” o “capital del peronismo” para adjudicar la autovía entre Paraná y Concordia.
Ese día se conocieron las empresas que se adjudicaron las obras de construcción de cada uno de los tramos de la ruta doble que unirá a las dos ciudades más grandes de Entre Ríos.
Todo era fiesta ese día. La presidenta y el gobernador hablaban de transformaciones y en medio de tanta algarabía se anunció la adjudicataria del segundo tramo de la autovía: la firma Austral Construcciones SA. Un nombre que sonaba ajeno en medio de otras firmas locales de dilatada trayectoria y de unión transitorio de empresas que se formaban para hacer frente a la construcción de otros tramos.
Una porción de torta
La obra se adjudicó en cuatro etapas, con sendas empresas (o Unión Transitoria de Empresas) a cargo. De ese modo, una construcción vial que antes estaba en manos de firma entrerrianas se reservó para esta constructora que hoy es noticia en todos los medios no alineados con el kirchnerismo: Austral Construcciones SA.
(Más información en la edición gráfica de ANALISIS del 25 de abril de 2013)