Los secretos del Zar

Hugo Remedi
Quizás sea ya el dueño del mayor poder político de la provincia, el gobernador Sergio Urribarri, claro. En potencial por lo pronto, porque habrá que despejar parte del desmonte en marcha para ver si el caudal es genuinamente propio o alquilado por su lealtad a la Presidenta de la Nación. Será cuestión de tiempo y ajustado a las circunstancias.
Por lo pronto, el mandatario provincial cerró listas de un plumazo, con estilo propio, a dedo batiente, con absoluta independencia e indiferencia de los obedientes y disciplinados peronistas. Dejando a su paso, como efecto colateral, que las PASO son una verdadera fantochada y que, si en algún momento sirvieron apenas para solucionar una vez más la interna peronista, hoy ni siquiera eso. Todo está digitado desde el vamos.
El miedo a una magra perfomance electoral, fundamentalmente a nivel nacional, abroqueló al oficialismo todo detrás de las decisiones de la estrategia pergeñada a nivel nacional.
Así por ejemplo, se transforma en patético escuchar al ex gobernador de la provincia de Santa Fe y actual candidato a diputado nacional por los K, a quienes defenestró mucho tiempo, Jorge Obeid, explicando que no sabe porqué la agrupación Evita de aquella provincia no tiene representación en las candidaturas –y lo dijo sin mover un rasgo de su rostro– debido a que las listas las habían hecho en Buenos Aires.
Urribarri, de hecho, tiene mayor aire con la Presidenta de la Nación y entonces se puede permitir algunas licencias que otros no, como por ejemplo, hacer las listas él solo, aunque varias de las máscaras de las candidaturas ofrecidas por el mandatario respondan a la necesidad de hacer buena letra con la Presidenta.
Sin mucha anestesia borró a los Cresto, bajó a su hijo Mauro de la candidatura porque no medía como esperaban, se sacó a Lauritto de encima y con eso solucionó la renuncia de Graciela Bar que quería dejar el cargo en Educación y además tenía ganas de volver al Senado de la Nación, y dejó a la desencantada tropa paranaense para otra oportunidad. Y puso un Urribarri testimonial en la lista, intentando dejar en claro a la majada eufórica del peronismo que las elecciones que vienen no resultarán tan fácil como se suponía, debido al contacto directo que en ellas van a tener lo que se pronostica: la caída de imagen de la Presidenta y lo que esa situación va a repercutir en la boleta oficial de todo el universo nacional.
(Más información en la edición gráfica de ANALISIS del 27 de junio de 2013)