Tras la denuncia de ATER

Casaretto, el mejor guardafauna

Edición
1005

Hugo Remedi

La denuncia por defraudación que promete más capítulos y que se produjo en el organismo que él conduce, la ATER, lo ha sacado del letargo que tanto lo aburre y lo llevó por estos días a la cima de la consideración pública. Esto, por cierto, para las apetencias electorales del actual mandatario provincial, Sergio Urribarri, no es una buena noticia.

Es que Casaretto cuando arranca no para y tampoco mide costos que no sean los propios.

El escándalo que estalló en ATER no es menor, todos lo saben, y nunca un caso así será buena medicina para curar el estado de pacificación interna que quiere consolidar el proyecto urribarrista para proyectarse a nivel nacional.

El efecto vicepresidente Amado Boudou multiplica la posibilidad de que todo acto que tenga olor a corrupción siga esmerilando a un oficialismo que, a bastonazos propios de palo de ciego, viene construyendo una retirada que cada vez se complica más.

Casaretto se montó en el caballo del justiciero público y anda a los gritos por la vida, “marcando” a los socios infieles y desleales de la cooperativa oficial. Nadie entiende, por caso, los silencios del ex director de la antecesora de ATER, la Dirección General de Rentas, Guillermo Linesky y del actual director ejecutivo de la Unidad Operativa de Control del Agente Financiero, Oscar Augusto Miraglio, a no ser que tengan una orden precisa de no responder a las denuncias de Casaretto o bien que haya algo que todavía no debe salir a la luz pública.

más información en la edición gráfica número 1005 de ANALISIS publicada el 3 de julio de 2014)

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