Allende sigue haciendo inversiones: ahora compró una isla, frente al Club de Pescadores y quiere hacer un complejo turístico

El pirata en su isla

Edición
1011

Daniel Enz

“A mi viejo le decían Macho y era por algo. Yo seguí siendo Machito y me la banco”. La frase la repite cuantas veces sea necesario el presidente de la Cámara de Diputados de Entre Ríos, José Ángel Allende (PJ-Nogoyá), un hombre que hace ya muchos años es sinónimo de corrupción e impunidad. En la historia política del oficialismo entrerriano (aunque nunca hay que dejar de recordar que en tiempos de los federales y los sueldos atrasados supo ser uno de los aliados incondicionales del radical Sergio Montiel, en su último gobierno), Allende va a ser recordado como el dirigente que rompió todos los parámetros. El cuestionado legislador -a quien nadie del urribarrismo pudo destronar de la cúpula de la Cámara Baja, donde maneja a gusto y placer una caja millonaria- dispone un patrimonio millonario en propiedades, automóviles, embarcaciones, sociedades y cuentas en el exterior (Uruguay y Suiza), pero a su vez es un gastador compulsivo.

Si tiene que viajar un fin de semana al Hipódromo de Palermo y tirar más de 100 mil pesos en un par de carreras, lo hace sin prurito alguno. Pero también puede decidirse a viajar por varios días e instalarse en el coqueto Hotel Conrad de Punta del Este o bien llevar a varios de los integrantes de su familia a Miami, con novios incluidos, y darles de regalo miles de dólares, a cada uno de ellos, para que gasten sin problemas ni controles. “Ama la plata, en especial gastar los dólares, apostar a los caballos y hacerlo compulsivamente, como si se le fuera a terminar el mundo al otro día”, dicen algunos de sus viejos amigos. Siempre tiene una particularidad: gasta dinero en efectivo (pesos, dólares, reales, pesos uruguayos), como para no dejar huellas. Los principales gastos no aparecen en las tarjetas de crédito que tiene diseminadas entre su billetera y la de sus familiares directos.

“Allende vive la vida como nadie, a lo (Diego) Maradona y tiene como hobby representar a los trabajadores de UPCN, por donde giran buena parte de sus negocios y su despilfarro. Pero él siempre hace los buenos negocios, que siempre tienen un vuelto para su patrimonio personal”, acota un ex dirigente, que lo conoce al dedillo. Hay quienes recuerdan, por ejemplo, que recientemente, en una cena benéfica en Paraná, de la que participaron conocidos empresarios y varios dirigentes políticos del oficialismo, llegó a sorprender a propios y extraños al ofrecer miles de dólares por las camisetas originales de Leonel Messi o Luciana Aymar. Como si no existieran los límites y con una necesidad de mostrarse como uno de los nuevos millonarios de Paraná en los últimos tiempos.

(más información en la edición gráfica número 1011 de ANALISIS del jueves 9 de octubre de 2014)

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