Narcos poderosos condenados en Paraná

Natalia Buiatti
Partieron confiados, seguros de que llegarían a destino tal como lo habían previsto. Los tres eran jóvenes, pero al menos uno de ellos no era un improvisado, seguía los pasos de su padre, un avezado narcotraficante de la zona norte del conurbano bonaerense. Era el 11 de octubre de 2012 y todo saldría según lo planeado. El viaje duraría varias horas desde Corrientes hasta Buenos Aires, pero tomarían el camino más cómodo, la Ruta Nacional 12. La droga había sido dispuesta en el baúl del auto, un Citröen C4 HD Exclusive, sedán, color rojo. Pero a los pocos kilómetros de la partida fueron detenidos. Ese jueves, los gendarmes del puesto de Paso El Telégrafo, al noroeste de Entre Ríos, frenaron la marcha del vehículo. El control de rutina fue más allá de la identificación de los ocupantes del Citröen, la revisación del carné de conductor y otra documentación. La juventud les jugó una mala pasada a los muchachos, quienes no pudieron ocultar su nerviosismo por la situación.
Iván Villalba, que por entonces contaba apenas 21 años, llevaba identificación falsa y se hacía llamar Nahuel Denis, lo que fue descubierto con posterioridad. Junto a sus compañeros de viaje, Rodrigo Karasik que tenía 23 años y Víctor Manuel Sánchez de 32, tuvieron que obedecer la orden de los agentes y abrir el baúl. Así lo habían pedido los hombres de la fuerza, al pasar un perro adiestrado para detectar estupefacientes. En el compartimento trasero estaba escondida la marihuana. Eran 80 kilogramos de donde obtendrían unas 80 mil dosis aproximadamente -a razón de un gramo por cigarrillo-, mercadería que les dejaría una buena tajada de dinero mal habido.
(más información en la edición gráfica número 1012 de la revista ANALISIS del jueves 30 de octubre de 2014)