Depende de un milagro

A. M.
Pero, ¿qué pasa cuando un equipo juega mal y encima desaprovecha las pocas chances con las que cuenta? ¿O cuando su arquero es el goleador del equipo? En esa realidad transita Patronato, cuando solamente restan dos jornadas para que finalice el Torneo de Transición de la Primera B Nacional.
Lo cierto es que con seis puntos en juego, el equipo que dirige técnicamente Marcelo Fuentes depende de un auténtico milagro para meterse en uno de los tres ascensos que le quedan a la Zona B de la PBN. Es de recordar que Unión de Santa Fe y el modesto Temperley ya se adjudicaron los dos primeros boletos del grupo.
Mucho presupuesto, poco fútbol
Decir que Patronato nunca encontró un estilo de juego suena como una obviedad. Es que simplemente hay que recurrir a las frías estadísticas para darse cuenta de que Fuentes, junto a su cuerpo técnico, jamás le encontraron la vuelta a un plantel en el que se gastó mucho dinero.
Para encarar el certamen de Transición de la B Nacional, el Rojinegro contó con el presupuesto más alto de su historia. De todas maneras eso sirvió de poco, pues a está visto -a las claras- que pensar en un ascenso en este momento suena a una utopía. Es que no solamente deberá ganar los dos partidos que le quedan (Crucero del Norte y Unión), sino que además deberá esperar otra serie de resultados para soñar con subir a la élite.
De todas maneras, y por lo visto a lo largo de todas las fechas anteriores, suena más complicado que El Santo sume las seis unidades, a que otros equipos le den una mano para ocupar la quinta y última colocación que otorga un pasaporte a la A.
(más información en la edición gráfica de ANALISIS del jueves 27 de noviembre de 2014)