El Otro, el mismo

Aixa Boeykens (*)
No siempre la mirada de lo que fuimos resulta amable. En El Otro, las diferencias entre el incipiente escritor de 19 años que está en un banco junto al río en Ginebra, con el Borges maduro y ya ciego de 70, que se sitúa en Cambridge, refleja cierta mirada de complacencia con aquel joven que fue pero también –y fundamentalmente- trasmite afecto y reconocimiento. Es que, a pesar de los cambios, lo esencial se mantiene. Es ahí, posiblemente, donde reside la posibilidad de un buen encuentro.
Podríamos conjeturar que con ANÁLISIS pasa algo de esto. Su identidad lo revela como un medio de comunicación en donde se hizo y se hace periodismo. Con él se inauguró un espacio que consiguió hacer noticiables temáticas que hasta ese entonces solían pasar desapercibidas en Paraná y en otros lugares de Entre Ríos. También dio lugar a una manera de escribir más irreverente, irónica y que hizo visible a una generación de jóvenes que estudiaban Comunicación Social en la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad Nacional de Entre Ríos o que habían pasado rápidamente por sus aulas. En esa época en la ciudad eran pocos los medios de comunicación que construían temas. El Diario era el único medio escrito y convivía con la radio LT 14 y algunas FM que proponían más música que contenido periodístico. Luego, estaba Canal 9 y un medio de televisión por cable.
Es bueno marcarlo: ANÁLISIS se construyó desde su nacimiento con una profunda convicción democrática. Desde ahí, denunció a torturadores y o responsables del gobierno dictatorial; dio voz a los organismos de Derechos Humanos. Hoy, cuando la memoria, la verdad y la justicia se han convertido en políticas de Estado, el hecho puede perder relevancia. Sin embargo, 25 años atrás era necesario trabajar en la política de nombrar a quienes convivían impunemente en nuestra sociedad.
(Más información en la edición gráfica número 1018 de ANALISIS del 9 de abril de 2015)