La entrerriana Ana Gallay logró la medalla de oro en el beach volley de los Panamericanos

Una guerrera que emocionó al país

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Álvaro Moreyra

Los Juegos Panamericanos de Toronto ya forman parte de la historia. La misma dirá que la delegación argentina terminó en el séptimo lugar en el ordenamiento general, el cual dominó con tranquilidad Estados Unidos, como es habitual, salvo honrosas excepciones.

Las actuaciones de deportistas argentinos aportaron menos preseas doradas si se las compara con lo ocurrido hace cuatro años en Guadalajara, aunque habrá que decir que esta vez las distinciones estuvieron repartidas entre más disciplinas. Así, se evidenció un crecimiento en otros deportes que hasta no hace mucho tiempo pasaban prácticamente desapercibidos en Panamericanos u Odesur, y mucho más en los Juegos Olímpicos.

Entonces, si bien Argentina ganó menos oros que en tierras mexicanas, fueron 22 especialidades las que llegaron a disputarlo contra 16 de Guadalajara. En ese sentido se observa una evolución en varias actividades.

En este marco, uno de los deportes que más creció en los últimos años, y no solamente por lo mostrado en territorio canadiense, fue el beach volley. Entre Ríos es un bastión importante en la especialidad, tanto en la costa del Paraná como en la del Uruguay, y aporta dos jugadores a la Selección Argentina del vóley playero, que apunta todos los cañones a los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro del año próximo. Uno es el cerritense Julián Azaad; la otra es la nogoyaense Ana Gallay.

(Más información en la edición gráfica de ANALISIS del 30 de julio de 2015)

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