Histórica resolución judicial contra el hijo de Walter Martínez, por apropiarse de fondos de Reggiardo en el exterior

Embargo por 885 millones de pesos por lavado de dinero

Edición
1047

D.E.

Más de seis años tardó la justicia en “hacer algo de justicia”, después de aquella solitaria denuncia periodística de ANÁLISIS, de agosto de 2010, cuando se advirtió de los desvíos de millones de dólares por parte del abogado nogoyaense Walter Martínez, robados de la herencia de José Beto Reggiardo, quien falleció en julio de 1998 al caer su helicóptero en proximidades de Cerrito. Fue una estafa orquestada para quedarse y saquear el dinero y los bienes del conocido hacendado.

Martínez se enteró de que Reggiardo disponía de entre 20 y 30 millones de dólares en cuentas en el exterior y prácticamente enloqueció. Contrató investigadores privados extranjeros para determinar, fehacientemente, dónde se encontraban las cuentas del hacendado y puso en marcha un nuevo plan de robo. Martínez tenía dólares suficientes como para hacer contrataciones costosas si era necesario. Sólo le quedaba hallar los fondos en el exterior, y encontrar gente profesional que pudiera fraguar y avalar la documentación requerida.

Las cuentas del hacendado en el exterior no figuraban en las referencias de la herencia. Este no era un detalle menor. Incluso Martínez lo manejó de manera reservada, sin comentárselo a sus otros socios, quienes no salían del asombro por el poderío en campos que encontraron entre la fortuna de Reggiardo y consideraban que ése era suficiente caudal de dinero para repartir. Por eso fue que Martínez optó por el silencio y por llevar adelante solamente con su hijo, contador público, el nuevo plan de saqueo.

Gente de su mismo círculo de fines de los ’90 recordó que Martínez comenzó a bosquejar todo ese plan externo seis meses después de la trágica muerte de Reggiardo y para ello contó con la colaboración de un especialista en huellas digitales, firmas y documentación, que era un ex FBI, como así también con otros ex integrantes de la organización norteamericana que contrató para hallar las cuentas. Los sabuesos yanquis encontraron más de 20 millones de dólares en Uruguay. Había también acciones en la India y si bien tenían el dato de la participación accionaria de Reggiardo en una fábrica de armas de Brasil, no pudieron comprobarlo. Hubo quienes mencionaron además inversiones en el Paraguay, pero siempre fue difícil lograr esa información.

(La nota completa en la edición número 1047 del jueves 22 de septiembre de 2016 de la revista ANALISIS)

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