En la Justicia se sustancia el primer caso penal por abandono de persona en una residencia geriátrica

La tristeza de llegar a viejo

Edición
1051

Silvio Méndez

Juan Domingo González tiene una edad indefinida. Esa edad de los que llegan a viejos sin poder recordar bien cuándo nacieron. Juan Domingo no tiene familiares en este mundo, aunque él dice que le queda un tío, un pariente que si viviera superaría holgadamente los 100 años. Juan Domingo padece mal de Alzheimer y fue encontrando descompensado, con una porción de pizza en la mano, temblequeando, intentando instintivamente alimentarse, tirado en la vereda fría de una plaza de Paraná. Al verlo totalmente desvalido, personal policial del Servicio de Emergencia 911 lo asistió y, luego de cruzar datos, comprobó que estaba siendo buscado. Era uno de los cuatro ancianos que habían desaparecido del hogar San Marcos luego de que fuera evacuado por sus propietarios, previo a la clausura del lugar que efectivamente se produjo el lunes 19 de septiembre a raíz de las deplorables e irremontables condiciones de albergue.

Juan Domingo era una de las 23 personas que se alojaban en el geriátrico que fue cerrado por las autoridades de Salud provincial, luego de la denuncia presentada por la Justicia de Faltas municipal. El hogar tuvo innumerables inspecciones y emplazamientos para regularizar la situación, pero no hubo caso. En la última visita de los inspectores, cuando a la institución se le dictó el cese de sus actividades, los que allí residían ya no estaban. El fin de semana previo, a las apuradas, algunos residentes habían sido reubicados con familiares, otros se derivaron a otra casa y a cuatro de ellos se les perdió el rastro.

Uno de esos ancianos desaparecidos era Juan Domingo, hasta cuando la patrulla lo rescató en un momento que, sin su medicación, había caído en las sombras insondables de la demencia senil.

Juan Domingo fue compensado en el Hospital Gerardo Domagk de Bajada Grande, donde las enfermeras y médicos lo cuidaron y comprobaron también que tenía otorgada una tarjeta de cobro de una jubilación. Pero de su cuenta de ingresos también encontraron que alguien efectuaba extracciones de dinero.

(Más información en la edición gráfica número 1051 de ANALISIS del jueves 24 de noviembre de 2016)

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