Cuando los tribunales ordenan la política

Antonio Tardelli
Tocado por las alternativas judiciales de estos días, el presidente municipal ha debido dedicarse no sólo a atender las alternativas del expediente sino también a contener emocionalmente a los más afectados por las detenciones dispuestas el lunes. Particularmente se dedicó a consolar a los familiares del concejal radical Pablo Hernández. También ha sido aprehendida la directora de Prensa de la Secretaría de Servicios Públicos, Griselda Bordeira, policía de profesión. La sensación de tembladeral político, alimentada por los pedidos de la oposición para que el intendente abandone temporariamente el cargo, está acotada al microclima, estiman en el Departamento Ejecutivo. No hay encuestas que midan qué tanto se ha visto afectada la imagen pública de Varisco luego de las detenciones de sus allegados pero los sondeos de las semanas anteriores (algunos privados y otros ligados a áreas de inteligencia) estaban marcando –se asegura en el Palacio Municipal– un daño político limitado.
A ese tipo de indicadores se aferran quienes creen que Varisco está a tiempo de recomponer su capital político. En línea con el optimismo de sus defensores técnicos, que esta semana calificaron de “excesos procesales” tanto las detenciones de Hernández y de Bordeira como la exigencia de que Varisco se presente regularmente en el Juzgado Federal para dar cuenta de su paradero, estiman que en tres meses el jefe municipal podrá demostrar su inocencia y quedará desvinculado del expediente. Mientras tanto, sí, mascullan una bronca que, radial, se esparce en direcciones variadas: el juez, el gobierno nacional, la viceintendenta Josefina Etienot, los kirchneristas, los periodistas y las manos ocultas de todo origen que, aseguran, se empeñan en dañar el crecimiento del investigado intendente.
(Más información en la edición gráfica número 1079 de la revista ANALISIS del jueves 7 de junio de 2018)