Una velada a la luz del poeta

Sofía Arnaudín
Luego de una cura de silencio, la casa de los Martínez, vuelve a llenarse de música de la mano del mítico ciclo de verano que supo instalar su heredero, el actor, director, docente y gestor cultural, Mario Martínez. La historia de la casa que fue -y continúa siendo- cuna de artistas, amigos, familia; y un ciclo que nace para dar las gracias a ese legado cultural y humano que, en enero 2022, resonará en guitarras como un gran abrazo fraternal.
“¿Cuándo volvés con La Casa de Poeta?”, era la pregunta que daba vueltas en diálogos cotidianos; en encuentros con amigos, familiares; al pasar en las calles paranaenses; en el café; en los pasillos de la Facultad; en cualquier espacio donde se conocieran las andanzas del artista y gestor cultural, Mario Martínez. “No estaba en mis planes volver; yo les decía que ya estaba grande para todo esto. Pero sentí ese asalto que viene de adentro, te sorprende, siempre me pasa así; nunca me descubro diciendo “me voy a sentar a ver qué puedo hacer”, define el artista a este medio sobre el ciclo que inició, por puro gusto, durante el 2010; 2011 en la Casa de Poeta, lugar que lleva ese nombre en honor al poeta Polo Martínez, su padre, y que encierra un legado de amor por las artes y el brindarse. “En una tarde armé la programación; los llamé a todos y todos me dijeron que sí enseguida, eso es hermoso. Habla muy bien del hecho; es un respeto que se ha ganado la temporada de la Casa de Poeta y yo la defiendo a ultranza”, completa Mario Martínez.
Es que los encuentros culturales en Casa de Poeta son una verdadera gozadera. Durante la década del ’10 de este nuevo siglo, hubo seis o siete ciclos de verano que condecoraron con música, teatro, exposiciones, poesía, la casa ubicada en el corazón de Villa Urquiza, a unos 45 kilómetros de la capital provincial. La fecha de inicio y de finalización de estos encuentros son inexactas para su creador ¿será que esto comenzó el día que Polo Martínez y Porota Bevilacqua decidieron anidar a metros del Río Paraná? Sin dudas, ese espíritu le trasciende y es un efecto compartido con cada uno de los que ha experimentado la generosidad de Los Martínez. “Es mi casa, pero también es la casa de mis amigos; ahora en este momento está Silvina López (guitarrista) estudiando una milonga de Juan Falú; no quisiera jamás que se pierda eso en la casa”, cuenta a ANÁLISIS, el actor, director, docente Mario Martínez.
(La nota completa en la edición gráfica 1127 de la revista ANALISIS del jueves 16 de diciembre de 2021)