¿Libres de fracking? Ni ahí

Las dos patas del “consenso” supragrieta que nos condena

Edición
1130

Podemos distraernos con cualquiera de los temas menores que obsesionan a los medios porteños de alcance nacional. Pero el futuro inmediato común pasa por dos salvavidas del capitalismo argento, (tanto en versión neoliberal como populista) dos “gallinas de los huevos de oro” que conforman un poderoso consenso intocable que supera toda grieta. Nuestra contribución como país al desastre ambiental es apostar nuestro futuro inmediato a promover el desastre ambiental. Y no: Entre Ríos no está libre de fracking. Bueno, sí… pero no.

Por Américo Schvartzman

Uno. La gira del Presidente por Europa concluida la semana pasada fue, según propias declaraciones, para “convertir al país en el principal proveedor de energía y alimentos” de ese continente, aprovechando que los proveedores están complicados: Ucrania no puede (alimentos) y a Rusia se la sanciona (energía). Si se les presta atención, el mismo “programa” repiten cual mantra quienes se ofrecen como alternativa al gobierno para 2023: Vaca Muerta y “el campo” (el agronegocio estilo Grobocopatel) siguen siendo las palabritas mágicas de la salvación. Es lo que viene, desde hace años.

Podemos distraernos con discusiones como la interna “a la vista” del oficialismo, la relación con la vice o cualquiera de los temas menores que presentan los medios porteños de alcance nacional. Pero el futuro común pasa por estas dos apuestas “salvavidas” del capitalismo argentino. Será en versión liberal o neoliberal (la reivindican tanto sus supuestos halcones como las presuntas palomas), o en versión populista (que también tiene variantes, moderada o albertista, o el ala “izquierda” del kirchnerismo, como jocosamente definen al cristinismo. Ah sí, porque hay varios kirchnerismos, y sin GPS es imposible entender la Polinesia peronista: entre tantos islotes, islitas, islas y archipiélagos uno termina confundido).

Pero todos coinciden en Vaca Muerta y el campo.

En otras palabras, gane quien gane en 2023, esto es lo que viene.

Dos. Aunque tengan grandes diferencias en otros aspectos, unos y otros coinciden en este rubro. A lo sumo discuten cómo se reparten los dividendos. Pero, no la forma de producirlos. Todas sus promesas de soluciones se cifran en esas dos “gallinas de los huevos de oro”:

* Vaca Muerta, con el fracking, esa técnica que consiste en raspar el fondo de la olla para seguir extrayendo combustibles fósiles aprisionados en las rocas, por lo cual es necesario romperlas para que salgan (por eso se llama fracking, es la abreviatura en inglés de “fracturación hidráulica”). Como es sabido, la combustión de carbón, petróleo y gas es la principal causa de emisiones de dióxido de carbono y óxido nitroso, entre otros gases que producen el efecto invernadero (y por lo tanto causantes del cambio climático).

* Y el campo, con la agroindustria basada en un sistema que elimina a los pequeños actores, despuebla el campo, corre la frontera agrícola, tala monte nativo, afecta ecosistemas, hace depender todo de la provisión de químicos por parte de un puñado de empresas que controlan el mercado mundial y configura una agricultura y ganadería tóxicas desde el punto de vista de las emisiones de carbono: contribuyen tanto la tala (desaparecen los árboles que absorben CO2 de la atmósfera) como la ganadería (solo este rubro explica directa el 5 por ciento e indirectamente el 14 por ciento de las emisiones mundiales) como los fertilizantes que contienen nitrógeno y producen emisiones de óxido nitroso.

Como se ve, la solución a los problemas de la sociedad argentina, según el gran “consenso” de unos y otros, depende de que aumentemos considerablemente nuestro aporte al desastre ambiental mundial. ¿Dilema ético? Qué va.

(La nota completa en la edición gráfica número 1130 de la revista ANALISIS del viernes 27 de mayo de 2022)

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