La política, la economía y lo que es huevo o gallina

Antonio Tardelli
A dos problemas se enfrenta la nación. Uno de ellos es económico. El otro, político. El problema económico, que acumula infinidad de manifestaciones, gana la agenda pública cuando (es apenas un ejemplo de tantos posibles) la flamante ministra de Economía, Silvina Batakis, contrapone el derecho a viajar, y a consumir en dólares, con la posibilidad de generar puestos de trabajo. Es turismo o empleo, propone la nueva jefa del Palacio de Hacienda.
El problema político es aún más elemental: el Presidente y la Vicepresidenta no hablan. No se hablan. O se hablan poco. Los detalles de esa incomunicación, tan curiosa como inconveniente, se vuelven tema en las ruedas de prensa de los voceros oficiales. Los periodistas preguntan si conversan. Si se saludan. Los interpelados responden con el mismo tono severo que emplean cuando se refieren a asuntos geopolíticos.
La gravedad de la situación nacional se refleja en esos dos planos. En países (digamos) normales no hay restricciones formales para trasladarse al extranjero. En general, sucede poco. En contadas sociedades democráticas, por lo demás, es materia de la agenda pública si el jefe de Estado dialoga o no con su sucesor natural. Es infrecuente. Es sui generis. Es muy argentino.
(La nota completa en la edición gráfica número 1132 de la revista ANALISIS del jueves 14 de julio de 2022)