Rápida y furiosa

Por Pablo Rochi
Es joven y tiene talento, pero también sacrificio, disciplina y mucho temperamento. Son las cualidades ideales y necesarias para pulir a un o una deportista con proyección. Lara Abud tiene 16 años y está considerada un diamante en bruto en el canotaje argentino. La palista del club Náutico Paraná viene de representar de gran manera a la Argentina en el reciente campeonato Panamericano Junior y Sub23, de hecho, se trajo seis Medallas de Oro tras su resonante actuación.
Lara es considerada una de las mejores competidoras juveniles de la Argentina. Su futuro no tiene techo. Se pasa el año calendario entre el colegio y los entrenamientos. El colegio le otorgó un permiso especial atento a que dos semanas está en el Tigre concentrada con la Selección y las otras dos en Paraná para ir a la escuela. En el Panamericano en Chile “la rompió” toda.
- ¿Estaba en los planes lograr seis medallas o surgieron sin tenerlos como objetivos claros?
-La verdad que no estaba en los planes, en particular porque el torneo surgió de golpe y tuvimos que viajar sin haber planificado nada. Fue mi primera experiencia a nivel Panamericano y no sabía cómo iba a reaccionar ante otras adversarias.
- ¿En qué competencias que ganaste?
-Gané en dos instancias de K1, tanto en 1.000 y 5.000 metros. Después gané en tres instancias de K2, como lo fue en 1.000, 500 y 200 metros con mi compañera Paula Barreiro de La Pampa. Y también gané en Mixto con Joaquín Catalano en 500 metros.
- ¿Hace cuánto practicas canotaje?
-Empecé cuando tenía 8 años. La mitad de mi vida porque hoy tengo 16 años. Siempre lo hice en el club Náutico, a quien represento en cada competencia de clubes. En el primer año practiqué más en forma recreativa, ya en el segundo año me metí de lleno a competir y me encantó. Participé en campeonatos entrerrianos, me fue bien, me gustó y seguí entrenando fuerte.
- ¿Y qué te gustó o te llamó la atención de este deporte?
Todo arrancó estando de vacaciones en Brasil con mi familia. Hicimos una excursión y nos llevaron a remar. Eso me encantó. Yo había visto que en el club muchas chicas y chicos también remaban. No me animaba, pero estando de vacaciones lo hice y me gustó mucho. Ese fue mi primer entusiasmo y mi empujón para empezar a practicar canotaje. Cuando volví a Paraná me dije ¿por quéno? Y empecé.
(Más información en la edición gráfica número 1140 del jueves 18 de mayo de 2023)