Anotaciones sobre un libro de necesidad y urgencia

Editorial Fundación La Hendija lanzó recientemente su último libro titulado “La (des)orientación sexual de Batman”. Se trata de una antología que reúne textos de diversos pensadores en torno a la pregunta ¿para qué invisibilizar las Ciencias Sociales? Las posibles respuestas ofrecen un análisis variado de la coyuntura argentina y cómo se vincula con la historia de las ciencias más bastardeadas.
Por Aldana Badano
Siete de marzo, conferencia del Vocero Oficial Presidencial, el maquiavélico e inmutable economista y contador Manuel Adorni hace alusión a los recortes referidos a las ciencias.Contesta una carta abierta presentada por 68 ganadores del Premio Nobel en el mundo en la que advertían el proceso de desfinanciamiento de las ciencias en Argentina y los masivos despidos del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET).
Con su característica frialdad, el Vocero, en representación de un poder político de turno que lo utiliza como cara visible de las atrocidades cotidianas, argumenta que no se financiará más aquella ciencia que no sirva para nada y así justifica los recortes a las ciencias sociales. Pero no a todas las ciencias, solo a aquellas que, desde la perspectiva del gobierno actual, no suman conocimiento importante o no resultan importante para la vida ¿bajo qué escala de valores se define lo importante?
Preguntas invaden al espectador promedio portador de un pensamiento crítico, seguramente adoctrinado en la universidad pública. Invaden las peguntas e invade la rabia de ver cómo tanto trabajo, tanto estudio, tanta pasión y dedicación que miles de personas han dedicado al estudio de las ciencias sociales de repente se ve borrado de un plumazo.
El Sr. Adorni continúa en su justificación, intentando dar argumentos a otro recorte que recae sobre el pensamiento que no concuerda con los lineamientos de la supuesta libertad que su patrón pregona hasta el hartazgo, vaciando el significado de la palabra.
Su argumento, el del Vocero Oficial, como el del gobierno nacional, recaen bajo un ejemplo: el artículo del Dr. Facundo Saxe, “El ano dilatado de Batman: apuntes para una investigación sobre archivos de odio y borramiento de las disidencias sexogenéricas”. Pero, tal como lo expone Walter Giribuela en su texto, el artículo no gira en torno a lo que su título resume. Cosas que pareciera no comprender el vocero, o pareciera agarrarse de ese título para dar por tierra y borrar a lo que realmente se refiere: los archivos de odio sobre las disidencias sexogenéricas.
Pareciera que de pronto nuestro país retrocede mil años, como en un juego de mesa perverso, en el que asistimos nuevamente a debates que se preguntan por la validez de las ciencias que nos han acompañado en los procesos de crecimiento, aprendizaje, de validación de nuestros sentimientos y orientaciones sexo-genéricas. De pronto, esos derechos conquistados socialmente se vuelven endebles y pareciera que hoy es un privilegio estudiar, investigar y hasta jubilarse, trabajar en blanco y tener obra social.
Ante estas aberraciones teóricas, políticas y, sobre todo, sociales, que representan un real retroceso respecto a la excelencia que representan los investigadores de nuestro país en el mundo, numerosos científicos ganadores del Premio Nobel escribieron un comunicado en defensa del CONICET y los científicos que lo conforman. Pero la motosierra no escucha, solo sirve para cortar, no sabe de construir. En su discurso, el vocero se encarga de destacar los logros de un presidente especializado en economía, que escribió libros sobre el tema y al cual, a cinco meses de su asunción, ha destruido más de lo que ha creado.
(Más información en la edición gráfica de la revista ANALISIS, edición 1150, del día 16 de mayo de 2024)