
Palestinos buscan supervivientes en Gaza este domingo, entre los restos de una casa destruida por un bombardeo israelí.
El Ejército israelí está lanzando este domingo ataques contra objetivos de Hamás en la Franja de Gaza, en respuesta a la ofensiva del sábado. Responsables de seguridad de Israel aseguran que “destruirán las capacidades militares y gubernamentales”, del grupo islamista. Según el Ministerio de Salud de la Autoridad Palestina, 313 palestinos -entre ellos 20 niños- han muerto en los bombardeos israelíes en Gaza, donde hay también casi 2.000 heridos. Por la parte israelí, los lanzamientos de miles de misiles y las incursiones de milicianos armados de Hamás dejan un balance de 300 muertos y 1.600 heridos, según el Gobierno israelí.
El ejército aún combate con milicianos islamistas en varias localidades del Sur de Israel, aunque ha logrado eliminar o expulsar a la mayoría. En paralelo, proyectiles lanzados desde territorio libanés han alcanzado a primera hora de la mañana una posición militar israelí en las Granjas de Shebaa (una zona ocupada por Israel en la confluencia de las fronteras de Líbano y Siria), según informa Reuters, que cita a fuentes de seguridad. Israel ha respondido atacando con artillería posiciones de la milicia en el sur del territorio libanés, consignó el diario español El País.
Veinticuatro horas y 300 muertos después del ataque sorpresa de Hamás, Israel trata este domingo de recuperar el control de todo su territorio. Sus soldados aún combaten en ocho puntos con reductos de los milicianos palestinos que se infiltraron el sábado desde la Franja -en una muestra de fragilidad solo comparable a la de la guerra del Yom Kipur- y fueron matando y secuestrando civiles, policías y soldados por la calle, en sus casas o en bases militares. Aunque bombardea con dureza Gaza desde el sábado (ya son 313 los palestinos muertos), se ha marcado como primer objetivo poner orden en casa antes de lanzarse a una guerra “larga y difícil”, como la ha definido el primer ministro, Benjamín Netanyahu, tras una reunión del gabinete de seguridad.
El Gobierno anunció esta madrugada el corte de los suministros de electricidad, combustible y bienes a Gaza, y el Ejército ha señalado que pretende evacuar todas las localidades cercanas a la Franja.
“Nos estamos embarcando en una guerra larga y difícil a la que nos ha forzado el ataque asesino de Hamás. La primera fase es acabar de destruir la gran mayoría de las fuerzas enemigas que se infiltraron en nuestro territorio. Al mismo tiempo, hemos comenzado la fase ofensiva, que continuará sin limitaciones ni descanso hasta que se logren los objetivos”, ha señalado Netanyahu.
El Ejército israelí ha ido recuperando paulatinamente el control de las localidades cercanas a la Franja y liberado a rehenes. En la ciudad de Sderot, por ejemplo, bombardeó la comisaría en la que se atrincheraban 10 milicianos. Pero aún hay combates en otras ocho poblaciones. El Ejército israelí afirma haber matado a cientos de milicianos palestinos y haber capturado a docenas de ellos, ha informado la agencia Reuters.
El brazo armado de la organización islamista Hamás, las Brigadas de Ezedín al Qasam, por su parte, ha asegurado que algunos de sus milicianos siguen combatiendo contra las fuerzas israelíes en varios puntos del interior de Israel.
Las autoridades israelíes han extendido además a todo el país el estado de emergencia que habían declarado solo en una parte. La perspectiva más explosiva es lo que en Israel se conoce como una “guerra multifrentes”, es decir, que entren en acción los grupos armados de Cisjordania y, sobre todo, Hezbolá, la milicia libanesa con un arsenal, preparación y número de hombres muy superior al de los grupos palestinos. Este domingo, ha reivindicado el lanzamiento de proyectiles de mortero contra Israel, que ha respondido con bombardeos. No se ha informado de víctimas.
Tras el incidente, muy por debajo de la capacidad de acción de Hezbolá, la misión de paz de la ONU en Líbano (FINUL) -10.000 efectivos, bajo el mando del general español Aroldo Lázaro- ha informado de que está en contacto “a todos los niveles” con las autoridades tanto libanesas como israelíes para evitar una “escalada más grave”.
El ataque sorpresa de Hamás y los bombardeos israelíes han causado, hasta el momento, al menos 300 muertos y 1.592 heridos en Israel, según su Ministerio de Sanidad, y 313 fallecidos y cerca de 2.000 heridos en la franja de Gaza, según el último balance de las autoridades sanitarias palestinas. En Cisjordania se registraron otras siete víctimas mortales a manos de las fuerzas israelíes.