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La estrategia de Castrillón: resistir hasta fin de año

Emilio Castrillón

Emilio Castrillón, vocal del Superior Tribunal de Justicia (STJ).

Por D.E.

(de ANÁLISIS)

Emilio Aroldo Castrillón no piensa irse del Superior Tribunal de Justicia. Por lo menos hasta fin de año. Primero resistirá contra viento y marea, para demostrar su inocencia en la denuncia que le hiciera por "violencia de género" la vocal Susana Medina de Rizzo y luego recién comenzaría a armar sus papeles para jubilarse y dejar el alto cuerpo judicial. Pero nadie le ha dado garantías de que las cosas le saldrán bien en la causa presentada en la Fiscalía de Género.

De hecho, algo de esta situación se la comunicó la semana pasada a un importante integrante del Gabinete provincial, para que a su vez se la transmitiera al propio gobernador Gustavo Bordet. El planteo fue algo así como "de compañero a compañero", haciendo primar la historia de militancia en el seno del PJ, donde creció políticamente el abogado paceño. Pero los allegados al gobernador entienden que Bordet dejaría que se cumpla el proceso que imagina Castrillón y no está dispuesto a apurar una salida traumática, que agudice el conflicto.

En el seno del gabinete entienden que hay un marcado desgaste de Castrillón entre sus pares, en el STJ, donde perdió consenso y poder. No es el mismo Castrillón que hasta fin de año conservó una importante cuota de poder. Consideran que hoy prácticamente es esquivado por la gran mayoría de los vocales y que solamente hay respeto por educación y buenas costumbres. Pero las relaciones de amistad y confianza ya no existen con el ex presidente del alto cuerpo. "Es como que se agotó cualquier vínculo y esto de Medina de Rizzo colmó el vaso", acotan. Y esa situación también se traslada a las vinculaciones de alrededores del propio Bordet, donde ya son pocos los que le atienden el teléfono o le responden la catarata de mensajes de watshapp que suele enviar Castrillón cuando se empecina con entablar un diálogo por tal o cual tema que le interesa debatir o exigir respuestas.

Castrillón no piensa quedarse de brazos cruzados. Es un hombre millonario (con su padre son dueños de miles de cabeza de ganado en Entre Ríos y Santa Fe), con una carrera hecha, pero cuando se produzca su salida del STJ no se quedará de brazos cruzados. No se dedicará a la ganadería ni seguirá ejerciendo la profesión de abogado. El ex legislador piensa retornar a la política y pretende ser el "hombre fuerte" del departamento La Paz, relegando nuevamente a un segundo plano a Domingo Daniel Rossi -como tantas veces ocurrió- y con un solo objetivo claro: ser compañero de fórmula de su amigo Enrique Tomás Cresto, para las elecciones de 2023. Claro que primero deben cumplimentarse toda una serie de movimientos que solamente están en la cabeza de Castrillón, pero que también suenan distantes de la realidad.

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