
Falleció una de las mujeres que había sido rescatada del geriátrico La Casa de América de Concepción del Uruguay. El deceso se produjo por una obstrucción intestinal, según confirmaron fuentes de la Departamental de Policía Uruguay a Canal Once.
La mujer se encontraba internada en la Clínica Uruguay, donde había sido derivada tras su paso por el hospital “Justo José de Urquiza” y en la madrugada de este miércoles se produjo su deceso.
A partir de la autopsia correspondiente se determinará si el deceso fue consecuencia o no de los maltratos recibidos en la institución ubicada en bulevar Alberdi y calle Montoneras.
Fuentes policiales confirmaron que los residentes del geriátrico, tras el allanamiento del martes, fueron derivados para su revisión al hospital. Algunos, por el deterioro en su salud, quedaron internados, otros fueron derivados a efectores privados, otros al hogar municipal y algunos regresaron con sus familiares.
Maniatados y rodeados de cucarachas
Abandonadas a su suerte, golpeados, maniatados, amordazados, mal alimentados, sucios con sus pañales con orina y materia fecal y rodeados de cucarachas, así estaban los ancianos y ancianas alojados en el geriátrico La Casa de América, en Concepción del Uruguay.
Estos datos constan en la causa que lleva adelante la fiscal María José Labalta y que expusiera contundentemente en su alegato ante la jueza de Garantías, Melisa Ríos, cuando solicitó la prisión preventiva de las dos mujeres encargadas del lugar.
Se trata de María Angélica Gianera, de 70 años, representada por el abogado Héctor Zaballo y su sobrina Teresa Naniz Gianera, de 52 años, representada por los abogados Pamela Velázquez y Germán Nutini.
Ambas mujeres fueron detenidas durante la noche del lunes 15 de noviembre en el marco de un allanamiento que había solicitado la fiscal María Becker, luego de recibir la denuncia sobre los malos tratos infringidos contra los ancianos, fundamentados con imágenes que logró enviar un familiar al tomar fotos con su celular a escondidas en una de las visitas realizadas.
Cabe destacar que el 8 de septiembre de este año, ex empleadas del geriátrico habían realizado denuncias al respecto, pero al ser inspeccionado no se encontraron grandes inconvenientes, ya que las encargadas tuvieron tiempo para “preparar” el lugar.
Lo sucedido en esta oportunidad fue distinto, ya que ante la gravedad de los hechos y las imágenes que hoy son una prueba objetiva para la Justicia, se solicitó un allanamiento con irrupción de manera sorpresiva, lo que se concretó cerca de las 23 horas del lunes.
Los funcionarios policiales, junto a la fiscal María Becker y el médico forense, Adrián Siemens, fueron al lugar pero para evitar exaltar a los residentes no ingresaron por la fuerza y debieron esperar varios minutos a que les abrieran la puerta, ya que la única enfermera que había en el lugar para la atención de 14 ancianos no tenía llave y debió ir a pedírsela a la dueña, que vivía en la planta alta.
Esto fue solo una muestra de la desidia con la que se trabajaba en el lugar, ya que en caso de ocurrir alguna urgencia, era imposible salir o abrir la puerta con rapidez.
Horror en todo sentido
La doctora Labalta relató en su alegato que al ingresar al lugar, se encontraron con un interior sucio, con habitaciones en las que apenas se podían desplazar dada la poca capacidad. Abuelos maniatados a las camas, imposibilitados de poder moverse, con pañales sucios de varias horas sin cambiar, una sola persona para atender a todos y la compañía de muchas cucarachas, a tal punto que la misma fiscal debió soportar que un insecto de estos cayera sobre ella y se metiera entre sus ropas.
La repentina llegada hizo imposible cambiar el escenario lamentable en el cual estaban los ancianos, lo que motivó la intervención de Criminalística y la inmediata aprehensión de las dos responsables, que fueron trasladadas a la Comisaría de la Mujer.
Los relatos de la fiscal del caso en la audiencia fueron verdaderamente escalofriantes y casi increíbles, como el hecho de que se encontraron clavos en las paredes donde se colocaban los elementos de sujeción para inmovilizar a los abuelos o abuelas.
También expuso que las denuncias explican cómo castigaban a los ancianos atándolos a las sillas de ruedas, obligándolos a comer, pegándoles con una cuchara en el rostro cuando se negaban a ingerir un alimento, o metiéndole pan a la fuerza en la boca. No faltaban las sacudidas, golpes y hasta situaciones de estrangulamiento, cuando las encargadas se molestaban por los “caprichos” de los ancianos, detalló el portal 03442.
Labalta resaltó el estado de indefensión de estas personas de avanzada edad y la responsabilidad de quienes tienen la misión de protegerlas, observándose un evidente estado de abandono de personas y malos tratos, que vulneran todos los derechos de los adultos mayores.
También resaltó el trabajo del Área de Adultos Mayores de la Municipalidad y el personal de Salud, que se abocó inmediatamente a buscar una solución, procediéndose al control de los ancianos y a su traslado, muchos a casas de sus familias y al menos tres al hogar del Hospitalito, lo que les dio la posibilidad de sentirse seguros y contenidos.
Finalizando el alegato, Labalta solicitó la prisión preventiva por 60 días, para poder tomar declaraciones a las empleadas, denunciantes y víctimas, con la tranquilidad de que nadie pueda influenciarlas o atemorizarlas.
El relato de la representante del Ministerio Público Fiscal, fue atentamente escuchado por la jueza de Garantías interviniente, Melisa Ríos, quien previamente dio la oportunidad de alegar a las defensas.
Pidieron la libertad y cuestionaron a la fiscal
Las dos defensas coincidieron en solicitar la inmediata libertad de sus clientas, basando su pedido en las edades de las acusadas y sus problemas de salud, al tiempo que cuestionaron la detención, ya que no fueron notificadas. Se planteó que “no hay motivos para mantener esta medida, ya que no hay riesgos de fuga, entorpecimiento o antecedentes de penales y que la tramitación de la causa puede seguir con ellas en libertad”.
“Me parece que los dichos de la señora fiscal son un poco exagerados y no justifican que estas personas queden detenidas”, dijo Zaballo, quien consideró una exageración lo que se pretendía hacer con su clienta, basado en un relato que se podría decir fantasioso. Estos dichos del defensor, fueron motivo para un llamado de atención de la jueza.
Por su parte Velázquez reiteró el pedido de libertad “sin perjuicio de los derechos de los abuelos, ya que consideramos que las imputadas, sobre todo la señora Teresa, que además de su problema de salud, no obstaculizó el procedimiento, fue esposada y llevada a la Comisaría, sin saber quién ordenaba esa medida y desconocía el motivo. No consideramos que vaya a influir en las empleadas o los abuelos y por eso ofrecemos que vaya a vivir con su hija con reglas de conducta”.
Entrevista a las acusadas
Por la situación sanitaria, mientras se desarrolló la audiencia, ambas acusadas estuvieron fuera de la sala, pero luego fueron ingresadas para ser entrevistadas por la jueza, quien consideró que “hay elementos suficientes para hacer lugar al pedido fiscal” pero dada la condición de salud y las edades de las acusadas dispuso la prisión preventiva domiciliaria, con custodia de su familia y vigilancia policial, ordenando que no se comuniquen con víctimas o denunciantes, que no escriban por redes sociales y que no realicen reuniones, ya que en caso de infringir alguno de estos puntos, serán encarceladas inmediatamente.
Fuente y foto: 03442