
"Frente a situaciones de necesidad por cuestiones de violencia de género nos manejamos con los protocolos conocidos, garantizando la mayor y la mejor atención a las personas que lo necesitan”, afirmó Ingleson.
De ANALISIS
La subsecretaria de la Mujer y Diversidad de Paraná, Cristina Ingleson, de quien depende la Casa de la Mujer donde estaba alojada la joven Fátima Acevedo, brindó precisiones respecto del trabajo que se realiza en el lugar y puntualmente sobre el accionar frente a la situación de la joven asesinada.
En la mañana del sábado, cuando todavía se buscaba a la joven Fátima Acevedo en Paraná Ingleson brindó declaraciones al programa Paracaidistas Polacos (Radio De la Plaza), donde criticó que “en los últimos días circularon versiones espantosas” y dijo que desde el organismo se encontraban “ocupadas y preocupadas por la situación”, en relación a la desaparición de Fátima Acevedo.
“Desde nuestro lugar institucional estamos aportando toda la información de la que disponemos a requerimiento del fiscal, estamos a plena disposición desde el primer momento”, afirmó.
En cuanto al rol que se cumple desde el organismo cuando una persona derivada desde la Justicia llega a la Casa de las Mujeres, explicó que “esto sucede cuando una persona que necesita lugar de acogimiento porque su situación general muestra que no tiene otro lugar donde vivir” y comentó que “allí se le proporciona un lugar donde estar, techo, comida, contención, acompañamiento, atención psicológica y legal, se les recomiendan medidas de seguridad hasta que las medidas restrictivas estén vigentes”.
Confirmó que “hay un servicio de acompañamiento de personas que están en la Casa; pero la persona que llega a veces lo hace con sus hijos y tiene que cumplir algunas normas de convivencia como en cualquier de alojamiento colectivo pero goza de total libertad”.
Consultada por la cantidad de mujeres que actualmente se encuentran alojadas, la funcionaria señaló: “No sé si está bien que esos datos sean públicos, no lo tengo claro, pero son varias y todo el año está ocupada la casa aunque no siempre está completa”. “Son poblaciones que se van renovando, también nos pasó de personas que estuvieron el año pasado y volvieron este año por periodos cortos de tiempo”, indicó.
Precisó que “solo se alojan mujeres por violencia de género y siempre con mandato judicial” y aclaró que “la ordenanza que rige el funcionamiento de la Casa establece que debe ser así”.
En cuanto a la eficacia de las medidas que se toman ante los casos de violencia, Ingleson sostuvo que “siempre es perfectible”. “Yo vengo de mi experiencia de la sociedad civil, no desde el Estado sino desde la demanda de la calle y el movimiento de mujeres, y siempre nos encontramos con que vamos avanzando un pasito más en los modos de ir atendiendo estas situaciones. El Estado ha venido respondiendo la demanda de estas situaciones en un ritmo que para nosotros siempre es más lento de lo que quisiéramos, pero vamos teniendo cambios positivos hacia un cambio cultural. Años atrás estos temas no se hablaban, no eran puestos a consideración de la sociedad, la violencia era puertas adentro y ahora esto ya es parte de una preocupación social”, reflexionó.
Consultada puntualmente por la situación de Fátima Acevedo, apuntó que “como funcionaria del Estado no me parece bien y no es correcto en términos legales hablar de la situación personal de las personas que están bajo la atención; no se publica quienes son las personas que llegan a la Casa ni los motivos por los que piden acompañamiento o asesoramiento porque es del ámbito confidencial”. “Lo que sí podemos decir es que frente a situaciones de necesidad por cuestiones de violencia de género nos manejamos con los protocolos conocidos, garantizando la mayor y la mejor atención a las personas que lo necesitan”, sentenció.
En cuanto a la eficacia de las medidas tomadas con la joven, analizó: “Estamos sumamente conmocionadas por la situación porque estamos involucradas personalmente con esta mujer, porque varias de nosotras la conocíamos personalmente y hablar de ella no es hablar de un caso. Por otro lado, hay una dimensión que tiene que ver con la subjetividad de las personas, en este caso la subjetividad de la persona a la que nos estamos refiriendo, que no es solamente el producto de las intervenciones del Estado y de lo que últimamente está sucediendo en su existencia. Tiene que ver con cómo ha aprendido a resolver los conflictos, si ha aprendido o no; cómo se siente o no afectada por una relación, cuánto tiempo. Son procesos muy largos para salir de los círculos de violencia, de los modos relacionales violentos y eso es un proceso que necesita de acompañamiento y de tiempo, pero además de un contexto que lo facilite. Necesita del compromiso vincular de todo su entorno, no solamente de la acción del Estado y en eso estamos y eso es lo que tratamos de construir. Claramente no es suficiente, porque una persona que se pone en riesgo, a sabiendas o no, es muy duro, porque vos no la podés agarrar del pelo y decirle quedate acá”.
Destacó la importancia de la Ley Micaela y el inicio de capacitación en temas de género de los funcionarios provinciales y nacionales y apuntó: “Tenemos institutos, instrumentos, legalidades a las que tenemos que atender y cumplir; si tenemos protocolos hay que cumplirlos, para eso están, y si vemos que esos protocolos son insuficientes hay que modificarlos pero esto es parte del proceso”.
Consultada por la dirección de la Casa de la Mujer sostuvo que “nos estamos manejando con la gente de planta permanente que ha estado trabajando en este lugar y así estamos funcionando y atendiendo y cumpliendo con todo lo que está organizado según la ordenanza que regula el funcionamiento de la Casa de la Mujer” y aclaró que “se decidió como línea política manejarnos con absoluta discreción para impedir que cualquier conversación, dato o lo que fuera sea utilizado para entorpecer la investigación”.
Funcionamiento de la Casa de la Mujer
Ya conocido el fatal desenlace de la muerte de Fátima Acevedo, Ingleson brindó este lunes más aclaraciones respecto del trabajo que se realiza en la Casa de la Mujer que depende de la Subsecretaría a su cargo y de la forma en que se acompañó a la joven.
En declaraciones a FM Universidad, explicó que “el sistema de la Casa es de régimen abierto, es decir que no están recluidas y lo que planteamos es la necesidad de trabajar con ellas en el acompañamiento en sus necesidades urgentes respecto de su situación civil; se les hace primero una entrevista diagnostica para conocer el encuadre de su situación, ya que generalmente están en situación de mucha vulnerabilidad y con una cuestión emocional en crisis”.
Especificó que “el trabajo también es de acompañamiento en su empoderamiento personal para que puedan resolver sus conflictos; el asesoramiento jurídico para que pidan las medidas de protección que la Justicia puede decidir; mientras dura su estadía en la Casa se trabaja en talleres de fortalecimiento que tienen que ver con su subjetividad, los que se hacen en la Casa con el personal de la Subsecretaría; y también desde febrero junto a otras áreas municipales comenzaron talleres lúdicos, y todo esto es lo que habíamos hecho en este caso de Fátima”.
Agregó que “se hace un acompañamiento en salud, pidiendo turnos con prioridad en los Centros de Salud o el hospital” y apuntó que “pueden recibir visitas, hay un reglamento interno que tiene que ver con el comportamiento, los modos de relacionarse entre las personas que están en la Casa, los horarios de comida y esparcimiento y todo lo que hace a una convivencia ordenada”. “Además en la Casa contamos con acompañamiento permanente de agentes municipales que están para hacer compañía y lo que decimos acompañamiento de proceso”, refirió.
Consultada por el trabajo en conjunto con la Justicia, la funcionaria indicó que “la manera interdisciplinar de trabajar es interno de la Subsecretaría, y en este abordaje participa una trabajadora social que tiene su asentamiento en la Casa, dos psicólogas y una abogada que están en la Subsecretaría pero que concurren a la Casa a hacer los asesoramientos correspondientes”.
“Por otro lado el tratamiento psicólogo –si fuera necesario- se hace externo, no lo hace el personal de la Subsecretaría, y en este caso lo estaban haciendo personal de la posta de La Milagrosa”, apuntó.
En cuanto a la estadía de Fátima Acevedo en la Casa dijo que “todo consta en el legajo, y se entregó una copia del legajo al fiscal”. Asimismo, afirmó que el avisar al personal de la Casa de las salidas de las mujeres alojadas y con quienes se van a encontrar “es una buena práctica que no siempre se cumple, en el cuaderno de entradas y salidas se anota la hora en que salió y si quieren pueden decir adonde van”.
“Muchas veces pasa que se le pregunta adonde van y dicen un lugar al que luego no van; no tenemos potestad para exigir un cumplimiento y mientras no tienen las medidas de protección que dicta la Justicia, si tienen que salir de la Casa para seguir su vida cotidiana, recomendamos que vayan acompañadas. Habitualmente aceptan esa recomendación en el primer tiempo porque el miedo es muy fuerte, pero una vez que el tiempo pasa y se sienten más seguras empiezan a salir solas. Cuando las medidas restrictivas para el agresor ya están vigentes o tienen el botón antipánico salen solas”, explicitó.
“No tenemos potestad para establecer que salgan o no acompañadas, lo que se hace es un trabajo de persuasión y de comprensión del riesgo, que muchas veces aceptan pero que luego, en algunas ocasiones, desestiman”, recalcó.
En cuanto a la situación de los niños que llegan con las mujeres, Ingleson dijo que “se las acompaña a las entrevistas” que deben efectuar ante el Consejo del Menor o los Juzgados de Familia y comentó que en el caso de Fátima “el 28 de febrero ella tuvo una entrevista con el denunciado, intermediada por la defensora del niño, para acordar el régimen de visitas con el niño”.
Reflexiones finales
Ingleson sostuvo que “el Estado no es solo la Justicia ni es sólo el Poder Legislativo o Ejecutivo; el Estado también es la sociedad y los ciudadanos; hemos hablado mucho de estas cosas y cuando asumimos la gestión lo hicimos con la necesidad de poner en valor lo hecho y la necesidad inmediata de ir modificando algunas cuestiones que estaban pendientes”.
“Claramente es un proceso largo, que requiere de recursos que no están, de definiciones que llevan también su proceso porque deben ser meditadas y establecidas en consenso pero en lo que refiere como Estado municipal venimos trabajando sobre eso: sobre protocolos de actuación, modos de intervención, mejores talleres para fortalecer a las mujeres, sobre la necesidad de trabajar en territorio”, planteó.
“Necesitamos hacer un cambio en la comunidad, desde la Subsecretaría podemos proponer disparadores y trabajarlos con la comunidad que tiene infinitos recursos que necesitamos que se pongan en juego, la solidaridad, la escucha, el no juzgar, el trabajar sororamente desde un trabajo comunitario”, señaló.
“Lo realmente importante es que estas situaciones dejen de suceder y que los casos de este tipo bajen, que los varones y agresores sean conscientes de que lo que hacen, que es un delito que va en contra de la vida; hay que trabajar desde la educación de toda la sociedad. Es un trabajo amplio y muy profundo el que hay que hacer”, concluyó.