
"Victoria no es de las ciudades con más conflicto epidemiológico, sino que hubo un rebrote producto de dejar trabajar a la gastronomía y la hotelería en Semana Santa", aseveró el periodista Mario Juárez.
El periodista de Paralelo 32 edición Victoria, Mario Juárez, brindó un panorama de la situación de la ciudad ante la segunda ola de contagios de coronavirus y la necesidad de trasladar pacientes a Rosario o Paraná ante la inexistencia de terapias intensivas en los nosocomios locales.
En declaraciones realizadas al programa A Quien Corresponda (Radio De la Plaza), Juárez confirmó que “el problema que tiene Victoria es un viejo debate es que no hay terapia intensiva; la terapia tiene un costo altísimo de inversión inicial y de mantenimiento en personal e infraestructura y la gente que se interna y pasa a terapia es mínima en Victoria, por eso al estar a una hora de Rosario y a una hora y media de Paraná lo que se hace es estabilizar al paciente y trasladarlo”.
Sobre la realidad hoy, dijo que “hay 19 camas en aislamiento y no necesariamente tienen que completarse todas para derivar ya que si aparece alguien que no puede respirar, se lo deriva a Gualeguay, Gualeguaychú, Rosario o Paraná porque en Victoria no hay terapia intensiva”.
“Para tener un respirador hay que poner en coma farmacológico al paciente y tener toda otra aparatología y tecnología para asistirlo, pero al no tener terapia en la ciudad no tiene sentido”, explicó.
Aclaró de todos modos, que “no hubo una gran cantidad de gente, como se vio en otras partes donde aplican un protocolo para ver a quien salvar, incluso dentro de la provincia no somos de las ciudades con más conflicto epidemiológico, sino que hubo un rebrote producto de dejar trabajar a la gastronomía y la hotelería en Semana Santa y a los 8 o 10 días aparecieron 15 casos”.
No obstante, resaltó que “hasta ese momento había uno o dos casos diarios, y ahora se volvió a esos números”.
Respecto del cumplimiento de la población a las restricciones, el periodista aseguró que “la gente no ha tomado conciencia, una de las cosas que más se critican es que los chicos son indomables y se siguen haciendo fiestas; tenemos una zona rural con 2.500 kilómetros de rutas de tierra para llegar a estancias. Hay lugares muy particulares donde los chicos se organizan, llevan equipos y arman fiestas clandestinas los fines de semana. La gente usa barbijo y en parte se cuida, pero esas juntadas de los chicos se han vuelto inmanejables”.
Por otra parte, sobre la relación con Rosario y el tránsito de personas entre ambas ciudades, comentó que “luego de Semana Santa se cortó y hay menos gente de afuera en Victoria”. “Fue muy importante la semana anterior a Semana Santa y el fin de semana de Semana Santa, donde la cantidad de gente de afuera que estuvo en Victoria fue impresionante; y por eso entre los 10 y 15 días posteriores empezaron a aparecer los casos. También preocupaba el tránsito de los camiones brasileros pero por el momento han logrado que sigan de largo, porque ni siquiera hay paradores en las cercanías donde puedan pernoctar”, describió para concluir.