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Un apostador de Concepción del Uruguay ganó 16,4 millones de pesos en el Brinco

Tómbola Patito lleva más de 20 años en el ramo y hasta anoche el premio más grande que había entregado eran 100.000 pesos. Su dueño, Raúl Oyarbide, repartía pan en 1989 y decidió volcarse también a la solitaria Quiniela, cuando los juegos de azar no se multiplicaban como en la actualidad. Comentan que estaba esperando que algún día cayera allí un premio millonario y anoche, finalmente, la varita de la suerte lo tocó. Parte de la fortuna habrá que adjudicársela a Soledad, la menor de sus cinco hijas, a la que todos llaman Patito y da el nombre a la agencia. La figura de un patito repartiendo premios ya es típica en la ciudad y en la calle Urquiza, donde funcionan con pocas cuadras de diferencia tres agencias de lotería oficiales.

El de anoche no sólo no es un premio cualquiera para su ganador ni para Oyarbide, sino tampoco para la historia del Brinco, de la Lotería de Santa Fe. Después de seis semanas consecutivas de acumular pozos vacantes e incrementar jugadores de domingo a domingo, finalmente apareció un ganador para llevarse los 16.450.175 pesos del pozo. Para la jugada de anoche se habían recibido más de 1.400.000 apuestas, una cifra nunca vista que se fue incrementando, como ocurre con todo juego poceado, a medida que el pozo crecía. El costo por tarjeta es de sólo 3 pesos y tiene como atractivo extra para participar la posibilidad de ganar 10 sueldos de 1.500 pesos mensuales durante un año.

Hasta anoche, el premio más alto entregado por el Brinco había ocurrido en octubre de 2009, cuando una tarjeta jugada en Villa Luro se llevó 9.668.139 pesos.

A cuatro cuadras de la agencia de Oyarbide, más cerca del inicio de la calle Urquiza, el domingo 20 de mayo pasado se había jugado tarjeta la del único ganador del Quini 6 Revancha, que embolsó 11.305.394,61 pesos, publicó Clarín.

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