Viejo lobo de río

Pablo Rochi
Tras algo más de 10 años, el histórico Club de Pescadores y Náutico de Paraná vivirá este fin de semana un acto eleccionario en el cual se elegirá al nuevo presidente. Uno de los candidatos es don Rodolfo Ferro, un veterano dirigente de 76 años de edad que está convencido de que volverá a ser elegido para conducir por los próximos dos años los destinos de su querida institución. ANALISIS compartió una extensa charla con quien para muchos es un ejemplo de dirigente. Entre otros temas, Ferro dijo que en un club no hace falta tener un título honorario para poder trabajar y que se postula por el simple pedido de la gente. “Actualmente tengo 76 años y yo pensaba entrar a cuartel de invierno, pero los socios me pidieron que volviera. La verdad, me siento muy bien, me siento con una cuota de vocación de servicio muy grande que me salta por los poros”, indicó.
-Después de tanto tiempo el club va a tener su acto eleccionario y usted es uno de los protagonistas.
-Sí, es cierto. ¿Sabes por qué? Porque hoy es muy difícil conseguir gente con vocación de servicio para dedicarse ad honorem a trabajar en la Comisión Directiva; es muy difícil. Los socios van a un club para recrearse, pero no hay gente que quiera tomar la Comisión Directiva o que tenga ganas de ponerse a trabajar.
-Por lo que se ve, usted sí tiene ganas.
-Actualmente tengo 76 años y yo pensaba entrar a cuartel de invierno, pero los socios me pidieron que volviera, que me meta en la Comisión. “Anímese don Ferro, usted anda bien”, me decían. La verdad, es cierto, me siento bien, me siento con una cuota de vocación de servicio muy grande que me salta por los poros. Quiero dedicarme al club, quiero hacer cosas que creo que faltan. Dialogando con algunos muchachos decidimos armar una lista para tratar de tomar la conducción. Acá todos me han demostrado estar contentos de que yo intente retomar la presidencia del club y eso me gratifica mucho, eso quiere decir que la gente reconoce mi trabajo. Acá no hace falta que presente mi currículo porque llevo 17 años trabajando para el club.
-¿Cómo llegó usted al Club de Pescadores?
-Yo entré a esta entidad en el 89 gracias a un presidente que se llamaba José Lentini. Con él hicimos las dos primeras piletas del club, la de infantiles y la mediana. Sinceramente trabajamos muy lindo. Yo era su tesorero. De ahí en más, en varias oportunidades ocupé la presidencia, la tesorería y siempre estuve en los quehaceres del club. Yo esta institución la conozco profundamente, conozco todos los problemas y sé cuáles son las inquietudes de los socios. Últimamente me encontré con gente joven que viene con nuevas ideas, nuevos proyectos que para mí son muy interesantes.
-¿En qué período fue presidente del club?
-Me ponés en apuros. ¿Sabes por qué? Porque en el nuevo puente de ingreso a la entidad lo bautizaron Los Presidentes. En la placa me pusieron con dos períodos en la década del 90 y otro en el período 2000-2002. Según parece tengo tres períodos hechos. Igualmente yo no tengo en cuenta esto, porque para el club trabajo sin la necesidad de tener títulos honorarios. No hace falta eso, al club se lo quiere de cualquier manera. Toda la vida me brindé por el club. Ahora me tienen medio castigado...
-¿Castigado?, ¿por qué?
-No me dejan hacer cosas.
-¿Quién?
-Las actuales autoridades. No me preguntes por qué, yo tampoco lo hice. Acá le han pasado una circular al personal diciéndole que no pueden recibir directivas de los anteriores dirigentes. Igualmente no me molesta, yo ando y lo vivo al club. Esto para mí es el paraíso, esto es divino. Por eso al hablarle a los socios también me dirijo a toda la gente de Paraná: que vengan y que conozcan nuestras instalaciones, y más ahora que tenemos una conexión directa a la Costanera.
-¿En su intención de ser presidente también hay algo de revanchismo contra los actuales directivos que no lo dejan trabajar?
-No, no. Yo no tengo edad para ser revanchista. Esto de trabajar por el club lo llevo en el alma, lo hago de corazón porque quiero hacer cosas por el club. La actual gestión ha tenido una buena administración, no lo niego para nada. Su presidente ha tenido una postura de hacer economía a rajatablas para tener los fondos necesarios para encarar la obra del puente de ingreso al club. Pero para realizar esta mejora no hubo mucha inversión porque el puente vino de regalo (NdR: se gestionó ante Vialidad Nacional). Sólo hubo que agregarle unos módulos, el piso de madera y ponerlo decorosamente. Al margen de ello, me parece que se descuidó mucho el mantenimiento del club. Muchas cosas que eran de poco monto y que se podían hacer no se hicieron. No obstante, vale aclarar que el club está muy lindo y eso no lo puedo negar.
(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)