Un encuentro que da prestigio

Pablo Rochi
Cuando Daniel Marcó asumió la presidencia de la Unión Entrerriana de Rugby (UER) sintió la inmensa responsabilidad de sostener un encuentro que en los últimos años ha dado más dolores de cabeza que beneficios. Apenas reemplazó a Gustavo Vilar, sabía que de entrada tenía un desafío tan grande como complicado: trabajar de lleno para garantizar la realización del Seven de la República, importante acontecimiento que desde 1988 tiene a Paraná como sede oficial.
Si bien es cierto que este campeonato le da mucho prestigio al rugby local y lo mantiene en el candelero de la sociedad ovalada, también es verdad que sus costos le han significado muchos problemas, tal es así que la UER ha tambaleado como institución por culpa del Seven.
Así lo dijo el mismísimo Vilar en diversas entrevistas con ANALISIS, como por ejemplo cuando reconoció que durante la gestión del gobernador Sergio Montiel se garantizó una colaboración económica que nunca llegó y que posteriormente esa erogación tuvo que ser cancelada con dinero de la Unión Entrerriana, lo que produjo una desestabilización tal que casi derrumba la estructura.
Conocedor de los pormenores organizativos, experiencias vividas y sabiendo con el gran desafío con que se enfrentaría, Marcó tuvo la gran virtud de empezar a encajar las fichas con antelación, ilustrando un esquema de trabajo que tenía como objetivo no sólo confirmar una nueva realización del Seven sino también buscar la alternativa de solución a la conocida relación costo - beneficio.
El Seven, para los desorientados, no sólo tiende a ser una mera competencia deportiva. Durante su realización se realizan las reuniones más importantes del rugby argentino, con los popes de la UAR y con cada uno de los representantes de las distintas uniones. Buenas y malas decisiones de esta disciplina en muchas oportunidades se han determinado en alguna mesa paranaense.
Hoy, con el pecho inflado por el tercer puesto conseguido en el reciente Mundial de Francia, en Paraná podría haber mayores novedades con esta posible transformación al profesionalismo que ya muchos exigen y que pocos pueden sostener como idea primaria.
Un buen indicio para empezar a entablar relaciones es que esta 24º edición del Seven de la República que se jugará este fin de semana será el segundo torneo con mayor cantidad de participantes. En total habrá 26 seleccionados (se podría decir 24, porque a ellos hay que sumarles Uruguay y Paraguay). Esta importante cantidad, por lo menos desde que se juega en Paraná, desde la séptima edición en forma continúa, sólo fue superada en el 2002 con 28 concurrentes.
(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)