Hay que ganarse los espacios

Por Arsenio Mendoza (*)
El defensor general tiene a su cargo la conducción de todo lo que es la defensa pública y la representación de los ciudadanos, manda a los defensores que están por debajo suyo, actúa por ante el Superior Tribunal de Justicia y hasta puede hacerlo ante los tribunales inferiores; además, se relaciona en forma directa con el resto de los poderes del Estado en lo que hace a la defensa de todos los derechos de las personas.
El defensor se ha ido ganando su espacio. Así como se han presentado recursos de amparo para que los empleados públicos cobren sus salarios en tiempo y forma, también se han hecho planteos para exigir el cumplimiento de derechos humanos básicos porque en definitiva lo que hay que hacer es cuidar a la gente.
Aunque un defensor general interino tal vez tiene menos libertad, Maximiliano Benítez es una persona especial porque es alguien que da pelea. Pero eso no quita que el sistema esté mal. No obstante, su designación transitoria es correcta porque había que cubrir esa vacante y de esa forma se daría continuidad mientras se tramita el pliego en la Cámara de Senadores.
El nuevo defensor tiene la autonomía que le da la nueva Constitución Provincial, pero está en condición de interino, y así como fue designado por el Superior Tribunal de Justicia, puede se removido. El alto cuerpo tiene el imperio de nombrar y renombrar jueces, pero respecto del Ministerio Público es muy delicado ese mecanismo, porque si se aplica el mismo criterio, los funcionarios podrían perder autonomía. Por eso, aunque Benítez tiene todos los márgenes de acción, debe moverse con mucho tacto y dentro de un límite muy fino y delicado.
(*) Ex defensor general de la provincia.