Revisión crítica de las responsabilidades compartidas del triunfo K

El “campo” perdió por legua y media

Edición
943

Daniel Tirso Fiorotto
(Especial para ANÁLISIS)

Vaya confesión de Hugo Luis Biolcati, de la Sociedad Rural: “Vivimos en un microclima sectorial que nos hace perder la visión del resto del país”.
¿Cuánto hace de esto? ¿Toda una vida?

Algunos dirigentes ruralistas nos han sorprendido con sus declaraciones cándidas en las últimas horas. Dicen no entender lo que pasó, pero los resultados de las elecciones son, sin embargo, muy comprensibles y los tienen a ellos entre los principales responsables. Por eso, de entrada, les llamamos dirigentes ruralistas, no campesinos.
Ruralistas, representantes de intereses medianos, grandes y cerrados. Cuando no soberbios.

No son los únicos así en la Argentina. Aquí, los dirigentes de cada corporación que se siente exitosa con su modo de actuar dejan de escuchar. Al poco tiempo se azotan.
Para empezar a analizar el voto del llamado “campo” hay que decir que la dirigencia del campo se ha mostrado muy alejada de los intereses nacionales generales. Esto dicho sin desconocer excepciones, que no llegan a cambiar el panorama.

Pero al mismo tiempo, y para comenzar, hay que decir que la sociedad argentina se muestra muy desinformada sobre los hondos problemas del país, de modo que vota con lo que tiene a mano. Y eso es tan obvio, que todos debiéramos saberlo para no rasgarnos luego las vestiduras.

Los informes sesgados de los grandes medios masivos de mayor alcance bancados por los grandes grupos económicos o por el gobierno; los informes sesgados del gobierno, en los medios oficiales o amigos, los informes sectoriales interesados de las corporaciones… De ahí nos alimentamos los lectores, los televidentes, y el resultado se llama ignorancia, confusión.

Algunas revistas chicas, alguna FM, alguna página de internet, que llegan a muy pocos, tratando de buscar, de aproximarse a la verdad, a una interpretación sincera, no bastan para enfrentar la corriente de desinformación que padecemos los argentinos, los entrerrianos.

Debemos aclarar que cuando decimos, desde el título, que el campo perdió por legua y media, estamos indicando que hace rato que el campo está perdiendo y por lejos.
Y seguirá perdiendo aunque los postulados de la Mesa de Enlace se cumplan, porque son reclamos que inciden poco en la estructura perversa del campo entrerriano expulsor, desierto verde, en la masa de campesinos de hoy y de ayer, desterrados.

Y pierde también si vota al gobierno nacional y provincial, que no interpretan la gravedad de la estructura agropecuaria que destierra a los hijos de este suelo, uno a uno, a razón de 40 por día, todos los días del año.

Y pierde además, el campo, si vota opciones como la del peronismo disidente que ha sido gobierno por años y es principal responsable de esta estructura, o al radicalismo que fue gobierno y que no presenta un programa distinto que revierta el flagelo de la concentración de las propiedades en pocas manos, la concentración del uso de la tierra en pooles y grupos financieros, el hacinamiento de las familias en barrios de los centros urbanos.

(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)

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