El cura ausente

Si el cura Justo Ilarraz se encuentra realmente en la casa de un familiar directo en San Miguel de Tucumán –tal como lo dejó asentado su abogado Jorge Muñoz-, nunca salió de tal domicilio o bien lo hizo en horas de madrugada. En estos más de 70 días que pasaron desde la denuncia periodística de esta revista, diversos medios montaron guardias en diferentes horarios para tratar de fotografiarlo en algún momento. Pero ello nunca se dio, porque Ilarraz jamás se mostró, ni siquiera para acudir a algún comercio cercano. Tampoco acudió, la semana pasada, al velatorio o a la sepultura del marido de Hilda Cajal, la mujer que está al frente de la santería ubicada en Pasaje Padilla, en la zona céntrica de San Miguel de Tucumán y que todos indican que pertenece, en realidad, a la familia Ilarraz, ya que algunos familiares directos del cura firmaron el contrato de alquiler.
“Nosotros estamos seguros que no se encuentra en San Miguel; hicimos guardias periodísticas, hablamos con los vecinos durante varios días y nadie lo vio nunca”, dijo uno de los cronistas del diario La Gaceta, al ser consultado.
(Más información en la edición gráfica de ANALISIS del jueves 22 de Noviembre de 2012)