La historia oculta de Gustavo Alfonzo: de productor y “periodista” en Paraná, La Paz y Colón, a preso por trata de personas en Concordia

El hombre que siempre disfrutó de la impunidad

Edición
1013

Daniel Enz

A nadie debería sorprender, pero todavía sigue sorprendiendo. Cuando estuvo en Paraná era un personaje que se movía detrás de las cortinas, pero siempre hacía negocios. De un día para el otro se transformó en “alguien de confianza y consulta” del propio gobernador Sergio Montiel, a la hora de emitir algún programa armado, como para justificar tal o cual medida. Pero también supo participar de algunos de los negocitos que se hacían en torno al bono federal, de la mano de su amigo comisario, siempre hábil para este tipo de movimientos y para reinsertarse en cualquier otro gobierno, que cada vez parece indultarlo y premiarlo con determinado cargo.

Algo de esto es la historia de Gustavo Darío Alfonzo, productor publicitario, locutor, hombre de prensa de baja credibilidad, más preocupado por los negocios turbios con los hombres del poder político, que por alguna verdad periodística. Y en forma paralela, comenzó con una de sus perversiones preferidas: el regenteo de menores para prostituirlas en un sector medio alto, también denominado vip, que en días recientes lo derivó a una celda de Concordia, tras una denuncia por trata de adolescentes, por la cual se le abrió una causa, aunque ahora goza el privilegio de estar en prisión domiciliaria, en una medida inexplicable.

Hay quienes indican que esa obsesión con la que de alguna manera quería darse una determinada “cuota de poder”, en especial en ámbitos políticos, la comenzó a desarrollar en Paraná a partir del 2000, cuando recaló en esta capital. Otros señalan que, en realidad, esa tarea la llevó adelante solamente en su Concordia natal, de la que se había ido a mediados de los ’80, como consecuencia de algunas de sus travesuras.

Hijo de padre ferroviario (un también recordado árbitro de fútbol, ya fallecido) y una madre ama de casa, Alfonzo hizo la escuela primaria y la secundaria en Concordia, lo que terminó en el ciclo nocturno. Integró Estudiantes Concordienses Unidos (ECU) y tuvo que abandonar la ciudad, precisamente por supuestas irregularidades que había cometido con algunos dineros. “Lo encontraron en Villaguay, pero para no ir preso lo hicieron pasar como que estaba con problemas de salud mental”, recordaron a ANALISIS algunos de sus ex compañeros.

Permaneció un tiempo en Concordia, pero luego se radicó en Rosario, donde instaló la agencia Cien por Cien SRL, para servicios publicitarios. Al parecer no le fue bien y optó por seguir su camino en Paraná. Primero se vinculó al peronismo, para la campaña de Héctor Maya, como candidato a gobernador del PJ, en 1999, pero un año después se plegó a la huestes de Sergio Montiel, cuando llegó al poder en diciembre del ’99.

(Más información en la edición gráfica número 1013 de la revista ANALISIS del jueves 13 de noviembre de 2014)

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