Río desmadrado

Jorge Riani
“La represa binacional de Salto Grande no puede quedar a la deriva”. Con esa oración comenzaba una carta de lectores que lleva tres firmas pero que confluye muchos más nombres detrás de sus conceptos. La carta se publicó en las últimas semanas en el diario La Nación y desnuda una situación compleja y que preocupa a la región entrerriana del noreste: la acefalía de la represa binacional de Salto Grande.
El cambio de gobierno hizo que cesara naturalmente el mandato del presidente por el lado argentino, Juan Carlos Cresto. Hasta horas antes de que esta edición de ANÁLISIS saliera a la calle, en la región se discutía aún si Cresto era o no presidente del organismo argentino-uruguayo que tiene como finalidad la generación de energía eléctrica, pero también otras más como el hecho regular la crecida y bajada del río Uruguay en la zona.
El sitio web de la Comisión Técnica Mixta de Salto Grande muestra en la sección Institucional los nombres de sus autoridades vigentes. Por la delegación uruguaya dice:
Gabriel Rodríguez, presidente; Eduardo Bandeira, vicepresidente, y Carlos Albisu, delegado. Del lado argentino queda bien expresa la situación vigente: los cargos están con espacios en blanco a su lado.
Así, en blanco. Sin funcionarios. Sin responsables. Como si se tratara de la estación espacial Mir, que cuando colapsó la Unión Soviética quedó abandonada y sujeta a su buena suerte, así está por el lado argentino la Comisión Técnica Mixta.
(más información en la edición gráfica número 1037 de ANALISIS del jueves 7 de abril de 2016)