Mentiras, exageraciones y clichés para elogiar o criticar a Macri

La Argentina, el imperio de la posverdad

Edición
1056

OPINIÓN

Antonio Tardelli

El gobierno de Mauricio Macri es idéntico a sí mismo. Es un experimento político, es un poder sin partido y es una construcción social volátil. Expresa una mirada patronal de la sociedad y construye trabajosamente su identidad a fuerza de contrastes. Escogido en su momento como antagonista preferido,el macrismo es el Otro finalmente triunfante en el esquema de polarización que edificó el kirchnerismo con el propósito de legitimarse.

El macrismo es previsible. Podrátal vezentregar alguna sorpresa por ejemplo en el plano institucional, esfera que, debe decirse, no hafigurado entre las prioridades de su breve tradición. Su ideario –la misma expresión suena desproporcionada– gira en realidad en torno de algunas vagas nociones economicistas que merodean por el catecismo de la libre empresa. Justamente por previsible, el macrismo puede ser conservador pero jamás decepcionante.

Aunque hasta aquí sus resultados económicos son pobres, por cierto mucho más discretos de lo que él mismo esperaba, el macrismo gobernante no es hoy algo sustancialmente distinto de lo que razonablemente podía aguardar su base electoral. Porque sus virtudes y sus defectos deben ser examinados en el contexto de la política argentina, o sea en comparación con sus competidores, el gobierno de Macri no es tan bueno como él se piensa ni tan malo como lo juzgan sus opositores kirchneristas.

(Más información en la edición gráfica número 1056 de la revista ANALISIS del día miércoles 12 de abril de 2017)

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